20.10.05

De pociones, aldeas galas y ronquidos

Os he hablado un poco de cómo llegar a la expo y de parte de lo que se puede ver dentro de ella, pero no de lo que se puede oír. Si hay algo que me gusta de las exposiciones de tebeo en Bélgica es que son toda una experiencia sensorial. En este caso concreto se escuchan de fondo toda una serie de grabaciones mientras se va avanzando de sala en sala. El visitante puede escuchar desde el crujir de la madera y el batir de las olas, como si estuviera en pleno barco pirata, hasta los ladridos de Idéfix, pasando por un montaje de los ruidos del día en torno a una imagen de la aldea o por distintos fragmentos de música clásica.

En esta foto se recoge uno de los montajes a los que aludía. En concreto en esta sala escuchas los ronquidos de Obélix y los ladridos de Idéfix mientras el vientre del robusto galo sube y baja sin cesar

Unos metros más allá, en una sala distinta y bastante oscura, nos encontramos con la mismísima marmita de poción mágica, con el líquido de su interior hirviendo y emitiendo pestilentes humos...


Quizás antes no me expliqué muy bien al hablar de la aldea gala y los sonidos del día. La imagen que veis aquí debajo es un fragmento de un mural que cubría toda una pared de unos 15 metros de largo. Según entras en la sala, ves como la parte este se ilumina como si saliese el sol y se oye el canto de un gallo. A esa luz y ruidos le siguen los que suponemos se oirían en el día a día de los galos, para acabar de recorrer el mural al tiempo que las luces se van suavizando y la noche empieza a caer en silencio...


Si hace un momento veíamos la marmita de poción, aquí tenemos una de las cantimploras más famosas del mundo; la del mismísimo Astérix


Y por último una escultura en resina de nuestros dos galos en un carro romano camino de sabe Tutatis dónde. Dimensiones: un metro de largo y 35 cm de alto. Que sepáis que se hicieron 33 ejemplares de la escultura (uno por álbum de Astérixpublicado), más otros cuatro para el autor (un escultor suizo, creo), cuatro más que no están en venta y la de la foto. He reconocer que me sentí tentado de preguntar el precio, pero... total pa qué, si no voy a poder comprarla.


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