28.2.06

Subasta cinematográfica en e-bay

Se acerca esta época del año y, sin saber muy bien por qué, se me acentúa el espíritu cinéfilo. Y algunos años más que otros, vaya usted a saber a qué se deberá... este es uno de esos años álgidos, y lo aprovecho para colgar aquí una pequeña curiosidad. Las subastas de parafernalia varia usada en distintas películas son una de las atracciones estrellas de e-bay para mucha gente, y se pagan auténticas animaladas por los más variopintos objetos. En concreto os dejo aquí el enlace de la subasta de una de las camisas de Jake Gyllenhaal en Brokeback Mountain (En Terreno Vedado creo que es el título en castellano). Ah, y que no os engañe la coma en la cifra, que no indica decimales sino miles de dólares...

27.2.06

Nuevas películas sobre personajes Marvel

Pues eso, que visto el tono que tiene estas semanas esta bitácora, con muchas entradas referentes a adaptaciones a la gran pantalla de personajes de la historieta, y aprovechando la información que me proporciona (una vez más) Julio, ahí tenéis una lista de futuros proyectos cinematográficos basados en personajes de la Marvel. Ahora, a esperar que los estrenen

X-Men 3, producida por Fox, en fase de montaje, estreno el 26 de mayo
Ghost Rider, Sony, en post-producción, estreno el 16 de febrero de 2007
Spider-Man 3, Sony, estreno el 4 de mayo del 2007
Fantastic Four 2, Fox, con director asignado, haciéndose el guión
Wolverine, Fox, en desarrollo
Hulk 2, en desarrollo
Iron Man, en desarrollo
Thor, en desarrollo
Punisher 2, Lions Gate
Otros proyectos: Ant-Man (2008), The Avengers, Black Panther, Captain America, Cloak & Dagger, Doctor Strange, Hawkeye, Nick Fury, Power Pack y Shang-Chi

24.2.06

Otro de los malos de Spider-Man 3

O eso es lo que dicen en esta página. Aparte del ya conocido (Hombre de Arena, del que colgué una foto hace unos meses), dicen que Veneno es el segundo de los malos. Y que en la página en cuestión se ve una foto de Veneno. Qué queréis que os diga, a mí me parece una foto normal de Spider-Man retocada en el photo shop para que aparezca en blanco y nego, pero si ellos lo dicen...

23.2.06

Preestreno de 'V de Vendetta'

Hace ya unos cuantos meses que me enteré de la existencia de un proyecto -cuyo tráiler podéis ver aquí- que me tiene en ascuas. Y no sólo por la presencia de Natalie Portman, que conste. Me emociona y me da miedo al mismo tiempo, como me pasa siempre que adaptan una obra que me gusta a otro lenguaje.

Total, que a esta peli le tengo -a pesar de los hermanos Wachowski, los productores y adaptadores del guión- muchas, pero muchas ganas, así que podéis imaginaros la ilusión que me haría ir al preestreno, sobre todo si a la proyección asiste David Lloyd, dibujante de los tebeos en los que se inspira la película. El caso es que sé ya que no voy a poder acercarme al Insitute of Contemporary Arts de Londres el 14 de marzo a las 20:30 (horario británico y tres días antes del estreno en los USA), que es cuando tendrá lugar el pre-estreno, pero aquí os dejo el enlace por si vosotros sí podéis. Ah, y permiten hacer reservas.

P.S. Por si acaso no conocéis la obra original (con Alan Moore a los guiones y el mencionado Lloyd al dibujo) que sepáis que es una especie de Gran Hermano ambientado en una hipotética Gran Bretaña de 1989 dominada por un partido fascista. Historieta de la buena, de lo más recomendable. Y hasta ahí puedo leer...

22.2.06

Yamato, tu restaurante japonés en Bruselas

En la calle Francart número 11 está uno de mis restaurantes japoneses de Bruselas, el Yamato, y si venís o estáis en esta ciudad, ya tardáis en ir a visitarlo. La estructura es semejante a la del restaurante en el que comen Bill Murray y Scarlett Johanson hacia el final de 'Lost in Translation': una barra en forma de U a la que se sientan los comensales y desde la que ves cómo te preparan la comida.

La especialidad (y casi plato único de la casa) son tazones enormes de sopa -ramen- en los que cabe de todo, desde filetes de cerdo (empanados o no) cortados en tiras hasta los ineludibles noodles o generosas raciones de ajo. También es posible comer raviolis japoneses (nada que ver con los italianos) y, cómo no, beber cerveza japonesa. Y todo a un precio más que razonable: por unos doce euros por cabeza sales lleno.

El único inconveniente son los horarios (de doce a dos y media por la mañana y de siete a nueve y media por la noche, cerrado los domingos, y lunes y jueves a mediodía) y que está siempre de bote en bote (sólo tiene diecisiete o dieciocho plazas). Pero merece la pena la espera, está de vicio.

En fin, que si sentís curiosidad, aquí tenéis la información de resto.be sobre el Yamato. Que aproveche.

21.2.06

Figuritas de Watchmen

En 1987, poco después de la publicación de Watchmen (si no lo habéis leído es uno de los mejores tebeos de los últimos 25 años) la compañía Grenadier sacó unas figuritas de plomo con la efigie de la mayoría de los protagonistas (y la nave del Búho Nocturno). En un principio las figuritas estaban destinadas a usarse para las partidas del juego de rol de superhéroes de DC, pero dado el escaso éxito del mismo, muchas de las cajas quedaron olvidadas en multitud de tiendas en todo el mundo. Una de esas cajas tuvo la suerte o la desgracia de caer en mis manos hace un par de semanas tras tirarse casi veinte años acumulando polvo en la tienda Forbidden Zone de Bruselas.

La primera foto que veis es del conjunto de las diez figuras, que vienen en una caja de cartón con ilustración de Dave Gibbons.

Laurie con su uniforme de superheroína y con un brazo en jarras.


Y junto a ella, cómo no, Dan, el Búho Nocturno. La calidad de las figuras deja un poco que desear, la verdad (como casi todas las de los años ochenta, por otra parte) pero es que esta tiene la incomodidad añadida de que la capa cobra volumen por detrás y hace imposible que se quede quieta cuando la tumbas (a menos que, como en la foto, la sujetes con los dedos... bueno, no hay mal que por bien no venga, así por lo menos os hacéis una idea de la escala)

El Comediante con su ropa de trabajo. Mucho más fácil que hacer, por supuesto, con máscara que sin ella. Imaginaos cómo es la de Rorschach (de tan cutre ni voy a colgar la foto)


Y he aquí la más currada de todas: Ozymandias. Lástima que no hayan hecho la de Bubastis para acompañarla.


En fin, que aquí tenéis una muestra. Creo que si os interesan, todavía las podéis conseguir en e-bay por entre cien y cientocincuenta dólares. Yo ya tengo las mías, así que ahora sólo me queda encontrar a alguien dispuesto a pintarlas en condiciones...

20.2.06

¿Es Wonder Woman una Perdida?


Pues según la revista Esquire a lo mejor sí, ya que en su último número recoge un rumor bastante interesante. Al parecer vuelve a activarse -y van ya ni se sabe cuántas veces- el proyecto de película sobre la Mujer Maravilla... y suena el nombre de Evangeline Lilly como candidata a un papel en la misma. ¿Será la encargada de dar vida a Diana? Pues no lo sé, pero desde luego me parece una opción mucho más recomendable que la de la petarda de Sandra Bullock o -vade retro- Jennifer López...

Y por si os interesan algunos detalles de la biografía de la Lilly, que sepáis que tiene 26 tacos, que fue profesora sustituta y técnico para repostaje de combustible (sea lo que sea esa profesión) y que se pagó la carrera haciendo papelitos en películas como White Chicks (cuyo título en castellano no recuerdo ahora mismo pero que es una de los Wayans disfrazados de pijas blancas). Claro que no creo que la vayan a contratar por su currículum.

17.2.06

Terminal 4

Son las dos y media de la madrugada mientras escribo estas líneas en la flamante nueva Terminal 4 del aeropuerto de Madrid-Barajas, y todavía no sé a qué hora saldrá mi vuelo hacia Santiago. Y me temo que aún tardaré un rato en saberlo: los paneles informativos lo único que nos cuentan es que el vuelo está retrasado. Como si no nos hubiésemos dado cuenta.

Me pica la nariz con el polvillo que desprende una de las losas de mármol del suelo mientras la rebajan un poco. Supongo que se deben de haber equivocado en las medidas y ahora no encaja. Como casi nada en la Terminal. Pero empecemos por el principio.

Uno de los objetivos de esta bitácora era hablar de viajes, de ofertas, de vuelos, de lugares exóticos, de gentes nuevas, de la emoción del descubrimiento, del desarraigo placentero del viajero habitual, de un diario (pero sólo del trayecto recorrido), de un catálogo de recorridos, del aspecto romántico del viaje. Iluso de mí. Debería de haber sabido que el primer post sobre viajes que colgase sería más bien acerca de todo lo contrario. Sería acerca de un viaje como el de hoy.

Y eso que las cosas pintaban bien en un principio. La reunión del trabajo no se acabó demasiado tarde y pude coger el autobús al aeropuerto de Bruselas y ahorrarme los cerca de treinta eurazos que te clavan los taxistas por llevarte al aeropuerto internacional de Zaventem (y el trayecto es de poco más de quince minutos). Y no sólo pude coger el autobús sino que hasta encontré sitio para sentarme y no tuve que ir de pie como en la mayoría de las ocasiones, sujetándome en precario equilibrio, con una mano tratando de agarrar la maleta para que no se escape rodando por ahí y la otra proporcionándome un tenue asidero a la barra del bus.

Pero al llegar a Zaventem me encontré con el primer síntoma de que algo no iba a salir bien hoy: el vuelo de Iberia a Barajas llevaba hora y cuarto de retraso. Considerando que la llegada estaba prevista para las diez de la noche y que el vuelo de Santiago salía a las once y media, me fui haciendo a la idea de que habría que correr para llegar a tiempo a la puerta de embarque. Bueno, no sería la primera vez, y seguramente tampoco la última, así que da igual.

En el mostrador de facturación no me ponen ningún problema con el equipaje de mano, a pesar de que pesa 12 kilos… como se encarga de recordarme en rojo amenazante y acusador la báscula de la cinta transportadora. Con lo que sí tengo más problemas es con lo del asiento. Iberia tiene una política de asignación de asientos que no acabo de entender, la verdad. No es lógico que si alguien tiene que coger una conexión le asignen en el primer vuelo un asiento de ventanilla en la penúltima fila. O a mí no me lo parece.

Así que se repite la escena habitual: “Señorita, ¿me podría cambiar el asiento, por favor? Tengo que coger una conexión en Barajas y, considerando que el vuelo ya va con retraso…” “Uuuuuyyyy… pues no sé si va a poder ser, que el vuelo va muy lleno”. Joder, pues menos mal que llego con hora y tres cuartos de antelación al mostrador. Si hubiese aparecido diez minutos antes de que se cerrase el embarque igual me ponen en un ala… Al final no es para tanto y consigo un fabuloso asiento de pasillo… en la fila 17.

Total, que me llevo ya las dos tarjetas de embarque y me dirijo al control de pasaportes, donde me espera la habitual cola. He llegado a tirarme más de una hora esperando a pasar el dichoso control, pero hoy (¿ayer?) hubo suerte y sólo fueron veinte minutos. Me queda tiempo más que de sobra para comprar un par de cajas de bombones que llevar de regalo. Luego, un buen ratito de espera acompañado de un libro. Lo habitual. He de reconocer que nunca leo tan a gusto como cuando estoy a punto de coger un avión, no sé por qué.

Mientras espero en la pasarela a subir al aparato oigo parte de la conversación que a voz en grito y en inglés tienen tres adolescentes justo detrás de mí. La traducción de lo que oigo viene a ser algo así como
“…estuve seis meses con él y no me arrepiento de nada.”
“Jo, tía, pues si te diste cuenta de que no era el hombre con el que querías pasar el resto de tu vida hiciste muy bien en dejarlo”.
Fijo la vista en el cristal de la pasarela y veo la imagen de las tres niñas que tengo detrás. Y trato de no pensar en nada.

Una vez sentado (encuentro sitio sin problemas para la maleta, síntoma seguro de que algo no va a salir bien durante el viaje) inicio mi ritual. Saco el libro (uno de Poe que seguramente comentaré en los próximos días, Las Aventuras de Arthur Gordon Pym… una de esas lagunas que me quedaban por colmar), abro un poco el chorro del aire que está sobre el asiento y lo dirijo hacia mí, enciendo la luz auxiliar y trato de no pensar en nada mientras recorremos la pista y nos preparamos para despegar. Pero antes de eso pasa el carrito de la prensa.

Si vuelas desde el extranjero a la península, Iberia te ofrece prensa de la de verdad, no sólo el Universal, esa parodia de periódico con la que nos obsequian normalmente en los vuelos nacionales. Aunque tengo que reconocer que hoy me llevo una grata sorpresa: en la página 19 tienen un artículo a toda página acerca de los 110 años de Yellow Kid, el personaje de Outcalt que se considera primer cómic de la historia. Lo leo un poco por encima y no veo ningún error de bulto. Más bien todo lo contrario. Está bien escrito y bien documentado (hacen un repaso breve de la historieta norteamericana, desde Outcalt al Sin City de Miller pasando por Terry y los Piratas, Dick Tracy, el Príncipe Valiente, Snoopy y hasta Garfield). A que va a ser que El Universal no es una parodia de periódico sino el único diario serio de España (al menos en cuanto a historieta se refiere).

Alguien me dijo en una ocasión que los momentos más peligrosos de un viaje en avión son, precisamente, el despegue y el aterrizaje. Es cuando se tienen más probabilidades de sufrir un accidente. Después de eso, y de un par de malas experiencias, reconozco que me cuesta un poco hacerme a la idea de volar. Menos mal que de aquí a junio sólo tengo que coger cuatro aviones cada quince días.

Una vez alcanzada la altitud de crucero el capitán nos saluda, y el par de azafatas que hicieron la demostración de seguridad (ante la indiferencia generalizada, por supuesto) empiezan a empujar el carrito de la comida. Me pienso si pedirme un menú pero diez euros por una lata de Coca-Cola, un bocata minúsculo y un mini twix me parecen exagerados. Además, ya cenaré al llegar a casa. Aunque tengo algo de hambre.

Anuncian por la megafonía interna del avión la puerta de embarque del vuelo a Santiago, señal inequívoca de que ése también va retrasado. Mejor, más posibilidades para llegar a tiempo de cogerlo.

Aterrizamos a las doce menos cuarto (a estas horas ya tendría que estar camino del noroeste) y la temperatura es de nueve grados. Gracias por el parte meteorológico. Recorremos las distintas pistas durante un cuarto de hora más y a medianoche piso por primera vez la Terminal 4 del Aeropuerto de Barajas (tras esperar, claro, a que bajen los de las 16 filas que me precedían). Y echo a correr como un desesperado (por cierto, ¿por qué coño salen las parejas de dos en dos de los aviones?¿no se dan cuenta de que llenan toda la pasarela y que no dejan pasar a la gente que viene detrás y que puede que tenga que coger otros vuelos?). Dios, esto no es una Terminal, es una ciudad entera. No se acaba nunca. Sólo veo un pasillo enorme, eterno, rectilíneo, que se pierde en el horizonte, que no tiene ni principio ni final, un gusano gigantesco que acaba de absorberme… no me muevo. O eso me parece, y tengo que comprobar en un par de ocasiones que no estoy corriendo sobre una cinta… una andadora de esas como las que se usan en los gimnasios.

Sudoroso y después de diez minutos corriendo llego a la puerta K73 (asignada en teoría al vuelo a Santiago), y veo que anuncian la salida del vuelo de las 21:30 a Vigo. Y son las doce y cuarto. Pregunto a las chicas del mostrador y me dicen que sí, que la puerta es la del vuelo de Santiago, pero que éste no saldrá hasta que no haya despegado el de Vigo.
-“Bueno” –pienso- “media horita más de retraso, pero no pasa nada”. Mañana (¿hoy?) me espera un día bastante agotador, pero qué se le va a hacer. Por lo menos dormiré cuatro o cinco horitas. Y en mi cama.

Empiezo a ver un par de caras conocidas pululando en torno a la puerta. Nadie con quien haya hablado nunca antes, pero sí gente que te suena de verla por la calle. No soy el único que espera.
Pasa otro cuarto de hora. Pregunto de nuevo que a qué hora sale el vuelo y no me dan una respuesta concreta, así que decido aprovechar para buscar algún sitio abierto donde comer algo (me arrepiento de no haber pilado el bocata antes) y aprovecho para recorrer la Terminal. Y da para recorrer un rato largo. Hay un montón de gente pululando por aquí, y casi todos acaban congregándose en un momento u otro en torno a los mostradores de atención al viajero de Iberia. Por qué será. Igual el hecho de que haya catorce vuelos retrasados más de dos horas tiene algo que ver. Sí, me entretuve en contarlos.

Los gritos de los pasajeros se escuchan desde lejos. Y los chaquetas rojas (o sea, el personal de atención al viajero de Iberia… que, por cierto y digan lo que digan, corre bastantes más riesgos que los ‘red-shirts’ de Star Trek) siguen impasibles. Desde luego, acabas por admirarlos. Que te estén gritando treinta personas y seas capaz de ignorarlas a todas tiene su mérito. Digo yo.

Voy recorriendo con más calma el pasillo eterno de antes. Veo que la estructura de la nueva Terminal es muy parecida a la del Aeropuerto del Prat, en Barcelona. Una galería amplia, enorme, con espacios diáfanos, cintas transportadoras y pequeñas isletas cada pocos metros en las que se apiñan bares y tiendas. Más espaciados se encuentran una especie de apartaderos, apéndices que surgen a la derecha (o a la izquierda, claro, dependiendo del sentido de la marcha) de la Terminal y en las que hay aún más tiendas. Veo que aquí también hay una Avenida de Arteixo (o sea, toda aquella calle en la que estén presentes Zara, Bershka, Massimo Tutti, Oysha y/o Zara Home… tiendas todas del grupo Inditex cuya sede está en… Arteixo). Pero también se ven anuncios de tiendas de Mattel, Sony, Puma, Mango, Hugo Boss y E. Zegna entre muchísimas otras. Joder, si parece un centro comercial y no un aeropuerto.

Hay muchísimos bares, pero todos están cerrados. Y con el personal dentro todavía. Pregunto al personal de limpieza, a varios obreros que siguen, a su bola, trabajando en los retoques de primera hora (me niego a llamarlos de última hora… no considerando el estado en el que está todavía la Terminal, con herramientas tiradas por el suelo, cables pelados al alcance de la mano, puertas de cristal apoyadas contra las tiendas, restos de cascotes…) Busco desesperado una máquina expendedora, y no hay. Ni una. En serio. Me rugen las tripas y de repente me asalta una inspiración repentina: los bombones de regalo. Se siente, esta vez voy a ser un maleducado, pero ante el hambre…

Estoy a punto de abrir la lata de ‘Lenguas de Gato’ (unas chocolatinas deliciosas con la forma de Le Chat, el personaje de tebeo) cuando veo una comitiva que se dirige hacia la zona en la que estoy sentado (el paseo me llevó desde la puerta K73 hasta la J35) y reconozco un par de caras. Pregunto si son pasajeros del vuelo a Santiago y me dicen que sí y que van a comer algo.
Mala señal. Conforme a la legislación en vigor en la UE, las compañías aéreas tienen la obligación de ofrecer algo de comer y de beber a sus pasajeros sólo si el retraso de su vuelo es superior a las dos horas. O sea, que si Iberia nos paga algo de comer es porque aún nos queda un buen rato de espera. Y lo saben. Pero no dicen cuánto.

Me alegra saber que hay una cafetería abierta todavía. Y, en un alarde de inteligencia, está situada fuera de la zona de embarque. Genial. La única cafetería abierta las 24 horas en el aeropuerto está fuera de la zona de embarque. O sea, que hay que pasar por la sala de recogida de equipajes (está en el piso de abajo… y es que hay tres pisos en la Terminal, que cada vez me recuerda más a un centro comercial), salir fuera y luego volver a pasar el control de pasaportes. Bueno, a la una de la madrugada (largas) no creo que vaya a haber muchas colas.

Sí las hay en la cafetería, claro. Nos ofrecen dos bocadillos o sándwiches, una bebida y un postre. El señor que está delante de mí y el que está justo detrás se llevan cada uno una botella de rioja de tres cuartos de litro. El camarero les dice que de eso nada y se produce un amago de pelea. Al final, los dos pasajeros se van con su vino y el camarero se queda refunfuñando un poco por lo bajo. Si es que está claro que no todo el mundo vale para ser un chaqueta roja.

De todas formas, la pelea por el vino es el primer incidente violento de la noche. Al menos entre los pasajeros del vuelo a Santiago, claro. Todo el mundo está cabreado pero haciendo gala de un sentido del humor envidiable. Igual es por la mezcla de pinturas y barnices que se respira en el ambiente.

Me zampo un sándwich de pollo y bacon y otro de cangrejo, una botella de Aquarius y una caña de chocolate. Y me acerco con todo el morro del mundo a pedirle un café con leche por la jeta al camarero. Y se lo saco. Ole. Vivan los no chaquetas rojas.

Por cierto que está toda la zona llena de gente. Hay por lo menos cien personas paseando por ahí. Parecemos una panda de noctámbulos a punto de que se nos acabe de pasar el efecto del alcohol, buscando comida desesperadamente antes de que ataquen los primeros síntomas de la resaca. No me sorprendería que dentro de poco se ponga de moda la Terminal como garito alter de Madrid. Las caras de los pasajeros insomnes tienen poco que envidiar a las de los que se retiran a las siete de la mañana. De hecho no me extrañaría que más de uno decida empezar a acabar la fiesta aquí. Y seguramente alguno acabe metido en un avión rumbo a quién sabe dónde, sin billete ni nada. Al tiempo.

Subo al segundo piso para pasar el control de pasaportes y la guardia de seguridad me saluda con una sonrisa mientras dice
-“Del vuelo de Santiago ¿no?”
Va a ser que ella también inhaló las pinturas y barnices. Al pasar el escáner y el detector de metales me paran y me hacen vaciar los bolsillos. Y luego me pregunta uno de los seguratas
-“¿Las figuritas son de El Señor de los Anillos?”
Estoy seguro de que no puedo haber oído esa frase. Pero sí. Y me la repite. No entiendo nada… hasta que echo la vista a la pantalla del escáner y veo, perfectamente recortadas, las siluetas de unas figuritas de plomo de Grenadier que compré hace un par de semanas. Son mi último tesoro friki, figuritas de plomo de 1985 de buena parte de los personajes de Watchmen (Rorschach, Búho Nocturno, Dr. Manhattan, Laurie, El Comediante…) en la caja original (con ilustración de Dave Gibbons) y para el juego de rol de superhéroes de DC.

Y cuando digo que son figuritas de Watchmen el segurata dice un ‘coño’ de lo más revelador. Si es que cuando menos te lo esperas surge un friki. Igual tendríamos que crear algún saludo para reconocernos con facilidad…

Dentro de la Terminal (bueno, de la zona de embarque) sigue la actividad constante. Pasajeros y obreros se mezclan indistintamente, ninguno de ellos capaz de orientarse y cada uno pidiéndole orientaciones al otro.

Son ya las tres. Una salva de aplausos me hace levantar la cabeza y veo que está llegando el personal de tierra de Iberia. Mientras escribía estas líneas debe haber llegado el vuelo de Santiago y parece que por fin vamos a embarcar. Pues entraré el último. Total, qué más da un poco de retraso más. Y mañana (¿hoy?) a las siete de la mañana en pie para coger el tren hacia Vigo. Espero dormir en el avión por lo menos.

Se acaba la crónica de este trayecto. Al viaje aún le queda un poco más, pero bueno. Espero que os hayáis hecho una idea de la Terminal 4… si por un casual os toca pasar por aquí dentro de poco, sólo puedo recomendaros que os arméis de paciencia. O de una Uzi. O de las dos, si podéis. Así, si os entra el impulso homicida, por lo menos os tomaréis vuestro tiempo para apuntar. Recordad, igual que en Star Trek, los personajes prescindibles son los chaquetas rojas…


Corolario... son las seis menos veinte de la mañana y sigo en pie. Al pasar el detector de metales en Barajas me hicieron vaciar los bolsillos. Cansado y medio dormido no me di cuenta de que luego tendría que recoger lo que había sacado. ¿Adivináis dónde se quedaron las llaves de mi casa? Y en hora y media a coger el tren para ir a dar clase... efectivamente, no me imaginaba así mi primer post sobre viajes...

16.2.06

Cuatro Cosas

No es el tipo de post que suelo escribir, pero bueno, varios amiguetes ya se marcaron este 'meme' así que me sumo al club. Mañana, eso sí, noticias frescas (o rumores, o vaya usted a saber).

Cuatro trabajos que he tenido:
1 Botones
2 Guía turístico
3 Teleoperador
4 Intérprete de los Oscar

Cuatro trabajos que he querido tener:
1 Pirata (de los de verdad, con sable y, como mucho, parche, pero sin pata de palo ni loro, please)
2 Asesor de Jenifer López (si habéis visto un correo que circula por internet sabréis por qué)
3 Probador de versiones beta de videojuegos
4 Buscador de oro (pero de los que lo encuentran... y en el Lejano Oeste)

Cuatro películas que he vuelto a ver varias veces:
1 Qué bello es vivir (y soy de los impenitentes que se la vuelven a tragar cada Navidad, que siempre la echa alguna cadena).
2 Espartaco (véase respuesta anterior).
3 El hombre que pudo reinar
4 Kill Bill

Cuatro lugares en donde he vivido:
1 Siena
2 Londres
3 Heidelberg
4 Glasgow

Cuatro programas de TV que me gustan en exceso:
1 Firefly
2 Veronica Mars
3 Los partidos de fútbol (sobre todo los de mi equipo, claro)
4 Roma

Cuatro lugares a donde he ido de vacaciones:
1 Mexico
2 California
3 Singapur
4 Bali

Cuatro lugares a donde me gustaría ir
1 Argentina
2 Nueva York
3 Polo Norte (o Sur, me da igual)
4 La Luna/el espacio (aunque creo que está un poco caro de momento)

Cuatro platos favoritos:
1 Vichyssoisse (o como se escriba)
2 Mole Poblano (con tortillas de maíz, arroz, guacamole, michelada para beber... ñam, ñam)
3 Filloas (aunque no sean un plato 'estricto senso', pero bueno)
4 Cualquiera que esté ya hecho cuando tengo hambre

Cuatro sitios que visito a diario
Cualquiera de los que están aquí a la derecha (menos el de miniaturas)

Cuatro lugares en donde preferiría estar en este momento
1 Houston (para ver el All Star este fin de semana)
2 Londres (para ver el partido del miércoles)
3 Santiago de Compostela (para ahorrarme el viaje de esta tarde)
4 Una playa tropical, por supuesto, rodeado de...

Y ya está. No se lo paso a nadie, pero si alguno de los habituales se anima a retomarlo en su bitácora, ahí queda.

15.2.06

Batman contra Al Quaeda


Pues sí. Los yankis se han vuelto a superar. Después de Superman contra Muhammed Ali (grandísimo tebeo, en serio, con Neal Adams en el apogeo de su carrera) llega... Batman contra Al Quaeda. Y realizado por Frank Miller, nada menos. Yo la verdad ya me espero cualquier cosa, porque la premisa me parece una auténtica chorrada.

Y no quería ser tan radical por respeto a Miller y las muchas horas de entretenimiento pasadas con un tebeo suyo en las manos (algunos auténticas obras maestras), pero en fin, creo que se le fue la pinza. Y es una pena. De las historias urbanas y sucias de Daredevil, Batman Año Uno, El Regreso del Señor de la Noche o Sin City a esto. Ah, y que quede constancia, si luego resulta que es la obra de su vida yo me como este texto con patatas y tan contentos, pero lo dudo.

En fin, que si queréis más detalles sobre esta aberración, ahí va este enlace (buscad en Spotlight on... Frank Miller) en el que Miller nos cuenta que lleva entintadas 120 páginas de un total de 200, que la historia se resume básicamente en 'Batman le parte la cara a Al Quaeda', que se va a titular Batman: Holy Terror (título, por cierto, ya utilizado por John Wagner si mal no recuerdo en los años noventa, pero qué más da) y que 'deberíais tener miedo, es muy pulpy, maduro y con mi mejor dibujo hasta la fecha, deliberadamente crudo'. Frank, lo has conseguido: ya tiemblo...

14.2.06

El pisito de Joe Quesada

Aún estoy flipándolo. De verdad. Pedazo casa. Un loft de 1600 m² en pleno Nueva York. Con su propio cine. Con pantallas repartidas por toda la casa (incluyendo una de 15 pulgadas en el baño) que reproducen la imagen. Con aislante acústico para no dar la brasa al resto (claro que si están en el otro extremo de la casa no creo que se enteren). Con todo lo que quieras y un poco más.

Lógicamente, lo incluyen en la selección de 'Las habitaciones más chulas del planeta'. No te jode. Como para no incluirla. Para que luego digan que ser editor en jefe de Marvel no da dinero. Algún padre habrá que, si ve esta página, cambie de idea y le diga a su hijo que eso de dibujar monigotes (o escribir sus historias) puede que no esté tan mal a fin de cuentas. En fin, hagan clic en el enlance, pasen y vean...

13.2.06

¿Qué personaje de Star Trek eres?

Esto se está convirtiendo casi en un meme (a pesar de la campaña en contra de Bboing, el blog de Edu M. y Carlos G). Primero David GP, luego C.P., después Edu y ahora caigo yo en este test en el que te dicen cuál de los muchos personajes de Star Trek (que conste que siempre preferí La Guerra de las Galaxias) eres. Por si os interesa, ahí van mis resultados

You are Will Riker
Will Riker
70%
James T. Kirk (Captain)
65%
Chekov
60%
Uhura
60%
Mr. Scott
55%
Geordi LaForge
55%
Worf
55%
Deanna Troi
55%
Jean-Luc Picard
45%
Leonard McCoy (Bones)
35%
An Expendable Character (Redshirt)
35%
Data
29%
Mr. Sulu
25%
Spock
22%
Beverly Crusher
20%
At times you are self-centeredbut you have many friends.You love many women, but the rightwoman could get you to settle down.


Pues vale. No es que me apasione, pero tampoco me llama mucho ninguno de los personajes. Claro que más vale ser Riker que -vade retro- Kirk o un innominado, anónimo y futuro cadáver 'red shirt'...

10.2.06

Inner City Blues, o tres tebeos extraordinarios.


Hace cerca de tres años me dio por comprar un tebeo simplemente por el flechazo que sentí al ver la portada. No tenía ni idea de qué iba, casi ni lo hojeé, pero decidí comprarlo de todas formas. Tras leerlo se confirmaron las buenas impresiones: un tebeo salido de los años setenta, con un tono de 'blackspoitation' muy bien logrado y un dibujo a medio camino entre el Submarino Amarillo de los Beatles (la película, claro) y el argentino José Muñoz. Tanto me gustó que se lo presté a un par de amigos y, al final, acabé regalándolo.

Y no volví a encontrar ese primer álbum hasta hace un par de semanas. No sé por qué, había desaparecido, pero la espera tuvo su recompensa cuando en una de mis librerías habituales encontré -por fin- no sólo el primer álbum sino también los otros dos. Me los compré sin dudar ni un momento, y vaya gozada.

La historia, básicamente, es la de una lucha por el control de los bajos entre distintos mafiosos en una ciudad de los años setenta que responde al nombre de Inner City. Pero no una historia contada de forma lineal, sino alternando puntos de vista y secuencias temporales, contándonos la visión de unos mismos hechos que tienen distintos personajes (desde dos hermanos ladrones de coches hasta el propietario de un club de strip-tease o un traficante de coca), alternando la acción en 'tiempo real' con flashbacks. Entreteniendo al lector, vamos.

En fin, que es una gozada. Si os gustó Shaft en su momento, si os gusta Tarantino, si os gustan las historias de perdedores y esbirros de mafiosos, no os perdais esta serie (publicada, por cierto, por Vents d'Ouest, y con guión de Fatima y de Ammari-B y dibujo de Brüno). Seguro que os gusta.

Originales de El Fantasma que Camina

Hace un par de años (entiéndase 'par' como 'unos cuantos') tuvimos la suerte de disfrutar en las Jornadas del Cómic de la Villa de Avilés (otra de mis recomendaciones permanentes, por cierto... si no las conocéis no sabéis lo que os estáis perdiendo) de la presencia de Paul Ryan y su mujer Linda. A pesar de que reconozco que no es un autor que hubiese seguido con fruición y que me parecía un tanto limitado, me causó muy buena impresión en persona y me dejó con ganas de ver alguna cosa más suya porque en los dibujos que hizo en la Villa asturiana se le veía mucho más suelto de lo que yo lo recordaba dibujando.

Me enteré allí de que Ryan estaba encargándose de dibujar a The Phantom (el famoso personaje de Lee Falk) para la editorial sueca Eggmont (que, por cierto, merece todos mis respetos y admiración: son ellos también los responsables de que Don Rosa -por ejemplo- nos haya podido regalar con sus fantásticas historias del Tío Gilito. Si no habéis leído 'La Juventud del Tío Gilito' no sabéis lo que os estáis perdiendo. Es uno de los mejores tebeos de aventuras que he leído en bastante tiempo). Vale. Hice una nota mental y me comprometí conmigo mismo a echarle una ojeada de vez en cuando.

Y así lo hice. Y por eso hoy me acabo de llevar una grata sorpresa al recibir un correo de Paul informándome de que en esta página tiene a la venta varias tiras de prensa de The Phantom y algunos de sus originales para Marvel y DC. Son 65 dólares la tira, y se me ocurren pocas formas mejores de gastar el dinero, a poco que os guste comprar originales de tebeo. Y aunque no sea así, echadle una ojeada, que hay verdaderas preciosidades (por ejemplo una ilustración echa por encargo de la pelea de Moriarty y Holmes en una catarata en Suiza cuyo nombre no me viene ahora a la cabeza).

Ah, y por cierto, si queréis ver alguna ilustración y portada más de Ryan, daos un paseíllo aquí a la derecha por el blog del amigo Jaume Vaquer y entre sus neuras y paranoias encontraréis un par de ejemplos preciosos. Eso sí, igual tardáis un poco en encontrar el post, pero existir existe, palabra.

8.2.06

Buenas noches, y buena suerte

Hay familias marcadas por la televisión, de eso no cabe duda (y si no que se lo pregunten a Martin Tupper), y la de George Clooney es, desde luego, una de ellas. Sobrino de una actriz de cine y televisión e hijo de un presentador de TV y actor en más de una serie de la mal llamada caja tonta, no es de extrañar que ambiente su segunda película como director en un entorno que conoce al dedillo.

Y no está nada mal ambientada, la verdad. Clooney se moja recreando una historia real (con ciertas licencias) y de paso se larga un alegato contra determinadas conductas de los USA de los años cincuenta... y de hoy en día. Utilizando como referente la figura del Senador McCarthy y la caza de brujas hace una crítica nada disimulada de la situación actual que se vive en su país. Y no por poco disimulada es burda, gratuita o fácil, que conste. Un poco lenta en su desarrollo sí, desde luego, pero nada más.

Siguiendo la estructura casi de un falso documental nos cuenta la intrahistoria del primer programa de reportajes y análisis de la televisión yanqui (y quizás mundial) y de cómo desempeñó un papel clave para acabar con McCarthy. Y resulta cautivador, la verdad. Clooney salpica la historia de pequeños detalles (el productor del programa -papel que se reserva para sí mismo, que por algo es el director de la película- se sentaba a los pies de la mesa del presentador y le daba golpecitos en la rodilla para indicarle cuándo tenía que entrar, estaban prohibidos los matrimonios entre compañeros de trabajo... aunque fueran de distinto sexo) y no se corta un pelo: hacía años y años que no veía yo fumar tanto en una película norteamericana. Pero el gran logro de la película es la interpretación de todo el reparto, sobre todo de David Strathairn.

Strathairn presta su cara, pero sobre todo sus ojos y su voz -realmente hipnóptica en versión original- a Edward R. Murrow, el presentador de See It Now y es quien mantiene al espectador en la historia. Da vida al presentador tanto ante las cámaras (recreando -supongo- imágenes del programa original) como tras ellas, y es el verdadero soporte de la historia, que a fin de cuentas se limita a dar vueltas durante hora y media por un plató de televisión, con el riesgo que eso conlleva de que acabe siendo un tanto aburrida o repetitiva (y ese es el único pero que le pongo a la peli).

Claro que el resto del reparto (Clooney incluido) tampoco está nada mal en sus papeles. Nada pero que nada mal. En fin, que me gustó bastante, pero si vais a verla id con una buena dosis de paciencia porque es lenta, muy lenta. Avisados estáis.

6.2.06

Los Stacy en Spider-Man 3

Bueno, pues aquí tenéis a James Cromwell (secundario al que seguro que habéis visto en mil y una pelis y series americanas, desde L.A. Confidential a A Dos Metros Bajo Tierra) y a Bryce Dallas Howard (hija del inútil de Ron Howard, que sólo ha hecho dos cosas bien en la vida: a su hija y Willow) o, lo que es lo mismo, al Capitán Stacy y a su hija Gwen.

La elección para el Capitán me parece bastante acertada, la verdad, y con respecto a Gwen (bueno, a Bryce, a la que vemos aquí en su primera aparición caracterizada como la Stacy, en el programa de entrevistas de Jay Leno) la verdad es que me da un poco igual. Desde siempre a mí la que me pone es Mary Jane Watson, así que...


3.2.06

Originales de Calvin y Hobbes


A poco que conozcáis la obra de Bill Watterson sabréis que el autor de Calvin y Hobbes forma parte de ese reducido grupo de visionarios/fanáticos/bichos raros/personas íntegras (escójase la opción u opciones que más nos convenzan) que no vende prácticamente ni una de sus planchas originales. Y, ya puestos, tampoco los derechos de reproducción de sus personajes, así que si tenéis algún objeto de merchandising con la efigie de Calvin, Hobbes o cualquier otro personaje de la tira, que sepáis que es un objeto no licenciado, que Watterson no ve ni un céntimo por él, vamos.

Volviendo a los originales. El caso es que sólo he podido ver dos o tres tiras de Calvin y Hobbes en manos de coleccionistas, y siempre me pregunté qué pasaba con el resto, si las tendría Watterson en el armario de su casa sin que vieran nunca la luz. Bueno, pues ya tengo la respuesta. Watterson acaba de ceder, en depósito a largo plazo, más de tres mil tiras originales de Calvin y Hobbes a la Ohio State University Cartoon Research Library. Y allí estarán a disposición de quien se ponga en contacto con ellos para verlas. Ahí va, por si acaso, la dirección de contacto: cartoons@osu.edu.

Si alguien se acerca por allí, que avise, por favor. Que alguien me cuente qué se siente al ver uno de esos originales... que me diga si el estilo de Watterson es tan limpio como parece...

2.2.06

Segunda temporada de Firefly... o no.


He aquí una nueva vuelta de tuerca en las ya famosas y un tanto manidas campañas de recogida de firmas para salvar una serie de televisión/cómic: el estudio comercial. La premisa es muy sencilla, en esta página una productora independiente nos informa de que está interesada en hacerse con los derechos de Firefly comprándoselos a la Fox. Para poder embarcarse en semejante aventura necesitan saber si habría público suficiente y en qué formato estaría interesado el público en ver una segunda temporada de Firefly: en tv por cable, directamente en DVD, mediante subscripción por internet...

Con este casaca marrón, desde luego, ya cuentan. Más cuando se comprometen a no enviar spam de ningún tipo. Inara, vuelve pronto, por favor...

1.2.06

Black Fly Season (más novela negra)


Me da mucha rabia que pasen estas cosas. Me da rabia que un autor al que sigo cree una obra mediocre. A ver, no digo que todas las obras de los autores que me gustan tengan que ser el sumum del género, pero sí que mantengan un mínimo de calidad, que innoven, que no se limiten a repetir una fórmula y punto (aunque a veces eso sí que me gusta... bonita contradicción).

El caso es que Giles Blunt es uno de los autores de novela negra que más me estaban gustando últimamente, y su última novela Black Fly Season me acaba de decepcionar. Y mucho. Cuando descubrí 40 Words For Sorrow (lo siento, el título en castellano -Cuarenta maneras de decir dolor- no me gusta nada) el primer relato de las aventuras de John Cardinal y Lise Delorme (los protagonistas de esta serie de libros) me quedé gratamente sorprendido: historias de detectives con un toque de Canción Triste de Hill Street o Policías de Nueva York (el autor fue guionista de algunos -pocos- capítulos de Ley y Orden) pero ambientadas en el ambiente casi rural y casi glaciar de una pequeña ciudad ficticia del norte de Canadá llamada Algonquin Bay.

Personajes atrapados por una situación familiar bastante problemática (la mujer de Cardinal es maniaco depresiva), con algunos problemas de comunicación, con pies de barro. Diálogos bastante acertados y, sobre todo, descripciones excelentes del frío, la nieve, los delitos, los criminales... novela de investigación policial de las que engancha. Genial.

Tras leer la segunda novela The Delicate Storm sigue describiendo la vida de los personajes, los hace evolucionar y, al mismo tiempo, desarrolla una trama tan entretenida como la del primer libro. Blunt demuestra que conoce al dedillo los procedimientos policiales (o por lo menos convence al lector -a este por lo menos- de que así es) y te mantiene en vilo durante buena parte de la novela.

Así que cuando vi por fin la tercera entrega en las estanterías me hice bastantes ilusiones y me puse a leerla tan pronto me cayó en las manos. Y vaya decepción. No es que esté mal escrita, ni mucho menos, sino algo peor: es aburrida y poco creíble. El libro tiene 490 páginas y, aunque se lee muy rápido, no consiguió engancharme en ningún momento. Me quedé con la sensación de que el autor no hacía más que dar vueltas una y otra vez sobre las mismas situaciones, los mismos temas. Los personajes pierden cuerpo, no tienen entidad. En fin, que me decepcionó, vaya.

Optimista impenitente como soy, eso sí, supongo que le daré una nueva oportunidad al cuarto libro de la serie cuando salga (si es que sale). Eso sí, como ese tampoco me acabe de convencer...