29.6.06

Peli de dibujos de la Dragonlance

A mediados de los ochenta Margaret Weiss y Tracy Hickman crearon una serie de series de novelas ambientadas en el universo de Dungeons and Dragons y que recibieron, entre otros, los nombres de Crónicas de la Dragonlance, Leyendas de la Dragonlance. No eran literatura de la mejor calidad pero sí sagas bastante entretenidas y que se hicieron muy, muy populares.

Bueno, pues parece que hace no mucho Lucy Lawless (Xena) largó que ella estaba participando en una película de dibujos animadas que adaptaría la historia de las novelas a la gran pantalla. Va a encargarse, concretamente, de prestarle su voz a una de las protagonistas (a Goldmoon).

Visto lo visto, a Margaret Weiss no le quedó más remedio que confirmarlo. Dicen que la fecha de estreno es otoño de 2007. A ver si hay suerte y podemos verla por estos lares.

28.6.06

Subasta de originales en la BBC

Argh. No me puedo creer lo que acabo de ver. Aaaaahhhhh. ¿Por qué pasan cosas así? Me explico. La BBC, en tanto que servicio público financiado por todos los británicos mediante un canon anual, tiene la obligación de no incluir en su parrilla programas con determinados contenidos (por ejemplo, programas de cotilleos) y sí programas de carácter divulgativo (por eso son tan buenos rodando documentales).

Además de eso, tiene que cumplir la función de dar a conocer (en la medida de lo posible) todos los rincones de las islas británicas. Y en lugar de hacer documentales se inventan programas en los que ayudan a alguien a comprar una casa (básicamente el posible comprador les informa del presupuesto de que dispone y de en qué zona quiere comprar y la BBC le presenta tres viviendas distintas que se ajusten a los parámetros establecidos). Y así van recorriendo el país.

El caso es que también tienen un programa que se llama Cash In The Attic (Dinero en el trastero, más o menos) en el que gente interesada en deshacerse de objetos viejos contacta con un especialista en antigüedades para que les ayude a tasar y a llevar a alguna casa de subastas objetos viejos que estén en el trastero. No es que tenga especial interés el programa, la verdad, pero cuál no sería mi sorpresa hoy al ver que tres de los objetos que se encontraban en el trastero de un señora de mediana edad eran una página del Amazing Spider-Man de John Romita, otra del Hombre de Hierro de Bob Layton y otra de Mike Zeck de Secret Wars... no daba crédito. Tres originales muy chulos (sobre todo el de Romita) y un tasador que no tenía ni puñetera idea del precio de mercado.

Al final valoró en 115 libras los tres como precio de partida. 115 libras. Los tres. Y los llevaron a la casa de subastas del pueblo. Y se vendieron los tres. Por 150 libras. Los tres... AAAAAAAHHHHH ¡Pero si sólo el de Romita se podría haber vendido por varios miles de dólares...! Y el comprador ponía cara de que casi que se arrepentía de haberse gastado esa pasta...

27.6.06

Kyle Baker y Shin Chan

Una de las ventajas de los Salones del Cómic es que realmente sirven para que muchos autores abran los ojos ante la obra de otros profesionales y culturas. Y he aquí un buen ejemplo. Durante el pasado Saló del Cómic de Barcelona Kyle Baker vio por primera vez tebeos e imágenes de Shin Chan... y el flechazo fue instantáneo. Tanto es así que el bueno de Baker se pasó dos o tres días recorriendo el Saló acompañado de un muñeco de Shin Chan. De hecho, tanto le gustó el personaje que se está planteando incluso hacerse con los derechos de emisión para los USA (o eso dijo). No sé yo si los yankis estarán listos para la Trom-Pa de Shin Chan...





26.6.06

Va de series (4) Deadwood, 1ª temporada


Un campamento minero fuera del territorio de la Unión. Exploradores, pioneros, buscadores de oro y demás vividores de la más diversa ralea. Dueños de saloon, putas, pistoleros y vagabundos de todo tipo. Un par de judíos. Muchos chinos, un predicador y Wild Bill Hickock. Agítese bien, désele un toque estético parecido a Sin Perdón y contáctese con Walter Hill como asesor (por lo menos en los primeros capítulos) y tenemos la receta de una serie del Oeste de lo más entretenido.

Producida por y emitida en la HBO estadounidense, esta serie nos cuenta lo que ocurre en el campamento del título desde el momento en que llegan a él toda una nueva remesa de pioneros. Entre ellos se cuentan personajes históricos y ficticios y, en lo que será una de las constantes de la serie, se mezclan acontecimientos históricos e historias inventadas, tejiendo una historia colectiva en la que no se distingue muy bien entre realidad y ficción.

Sabemos de la vida amorosa de los personajes y también de lo que le va ocurriendo al pueblo, el posible proceso de adhesión a los USA, la evolución de los tratados con los indios. Y vemos también cómo trabajaban los médicos en aquella época, cómo se iban estableciendo servicios de correo, qué papel desempeñaba el ejército en aquellos territorios... Vamos, que enseña deleitando.

El reparto es excelente, con Timothy Oliphant, Ian McShane o John Hawkes llenando la pantalla cada vez que salen (son mis tres personajes favoritos, Seth Bullock, Al Swearengen y Sol Star) y con Molly Parker dando vida a Alma Garret. Además, aparece Kristen Bell (también conocida como Veronica Mars) en uno de los capítulos de la primera temporada, y eso para mí es un plus bastante atractivo.

Si os gustan las pelis del Oeste de Sam Peckinpah, o Sin Perdón, o La Leyenda de la Ciudad sin Nombre, seguro que os gustará esta serie. A ver si hay suerte y al final hay cuatro temporadas en total (como dice el creador de la serie) y no tres (como dice que ocurrirá la cadena que la emite)

23.6.06

Vuelve Futurama

Me entero gracias a Bboing! (¿Cómo?¿Que no conocéis Bboing, el imprescindible blog sobre cacharritos, series tv, cifi y demás frikadas de Edu M. y Carlos G.? Pues ya tardáis en pasaros por allí) de que Futurama vuelve. Vuelven Bender, Fry, Leela, Zoidberg... toda la panda, vamos. Y vuelven para un total de 13 capítulos para Comedy Central que se estrenarán (y éste es el único 'pero') a partir del 2008. Más detalles aquí, pero parece que va en serio

22.6.06

M. Wieringo y J. Byrne: haciendo amigos

Seguro que si seguís desde hace algún tiempo los tebeos de superhéroes os habéis encontrado alguna vez, casi sin saber ni cómo, en una conversación que empieza de manera amistosa y acaba casi a gritos. Ejemplos clásicos son saber quién es más fuerte, si La Masa o La Cosa (menuda estupidez, estaréis pensando... si todo el mundo sabe que La Masa es el personaje más fuerte del Universo Marvel) o que a quién prefieres, si a Mary Jane Watson o a Gwen Stacy (MJ forever).

Bien, pues si hay un autor capaz de suscitar ese tipo de debates, ese es, desde luego, John Byrne. Capaz de lo mejor y de lo peor, Byrne cuenta con una fiel legión de aficionados que le sigue a donde quiera que vaya (profesionalmente hablando, claro) y que comulga con todo lo que diga su dibujante favorito. El problema surge cuando resulta que su dibujante favorito no tiene pelos en la lengua y suelta lo que le viene en gana, repartiendo palos a diestro y siniestro.

No sé si Wieringo habrá sido víctima los comentarios del bueno de John o si éste dibujo va de coña (aunque esto último lo dudo, la verdad) pero lo cierto es que es bastante divertido: Ahora sólo falta que alguien los invite a los dos al mismo salón del cómic (y el mismo año, claro, y que ambos vengan) para que la fiesta sea completa

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Por cierto, y por si acaso, el texto viene a decir lo siguiente
Bocadillo 1: Maldita sea. ¿Cuándo se darán cuenta estos gilipollas de que si quiero saber su opinión ya se la comunicaré de antemano?
Bocadillo 2: Las respuestas correctas son 'Sí, JB... tienes razón, JB... eres un dios, JB'
Pie de página: John 'Burn' (juego de palabras con la pronunciación de 'burn' -quemar- y la de 'Byrne') se queja de que cada vez tiene que dedicar más tiempo a zanjar debates y a bloquear usuarios que hagan gala de esa molesta característica que es tener opinión propia

21.6.06

Va de series (3): Veronica Mars 2ª temporada


Y seguimos de series. En este caso con mi detective adolescente favorita, la inigualable y sin par Veronica Mars. Hace unos meses comenté ya mis impresiones sobre la serie (si a alguien le interesan están en el mes de enero, concretamente el día 18), así que no voy a repetir lo que ya empecé a decir allí. Bueno, o sí... esta serie es cojonuda. Una mezcla entre The O.C. o 90210 (por lo de culebrón, aunque muy bien llevado) y alguna novela de Chandler, como bien decía Germán Menéndez.

Esta segunda temporada mantiene algunas de las constantes de la primera, pero al mismo tiempo evoluciona, crece, igual que nuestra Veronica, que está ya en su último año de instituto. La serie ya no consiste sólo en un caso-guía que se va repitiendo a lo largo de la temporada como un leit motiv constante, como un hilo conductor al tiempo que se combina con casos menores que se resuelven en el mismo episodio. Ya no hay una sola subtrama que lleve el peso de la temporada sino que las subtramas se multiplican. Tenemos un poco de todo, accidentes escolares, abusos a menores, embarazos adolescentes, elecciones a Sheriff, juicios, novios, amigos, padres desconocidos, mediums y mala leche. Mucha mala leche. La srta. Mars sigue siendo de armas tomar, con una mala baba digna de admiración, además de un ingenio y capacidad de improvisación realmente sorprendentes... aunque, a diferencia de la primera temporada (con la salvedad, quizás, de los últimos capítulos de esa primera entrega) no bastan para mantenerla a salvo de todo mal. Y es que en esta temporada llegamos a pasarlo mal por Veronica, llegamos a temer por su integridad.

Por si todo esto no bastara, hay un elemento más que a muchos visitantes os resultará bastante atractivo: sale Charisma Carpenter. Y no sólo en un par de capítulos, sino en prácticamente toda la temporada (también aparece Alyson Hannigan, aunque a lo mejor eso os llama menos la atención... a menos que seais Buffyadictos, claro, que entonces seguro que os interesa más).

Veronica crece y la complejidad de la serie lo hace con ella. Un poco como con los libros de Harry Potter, si queréis (aunque a un nivel muy, muy distinto, claro está). Tengo ganas de ver qué le pasa el año que viene. Cómo se van a resolver los interrogantes que (un poco deprisa y corriendo, eso sí) se plantean en el último capítulo. Sí, igual que en la primera temporada todo se resuelve en el último capítulo. Y de mala manera. Pero qué más da. Nada se queda en el tintero (menos los nuevos interrogantes, claro está). El malo (los malos, casi) vuelve a ser el menos esperado, y, ahora que lo pienso, responsable de casi todo lo que pasa. Sigues queriendo a los personajes, pero desde otra óptica. No sé si lo había dicho ya, pero, por si no había quedado claro: las historias y los personajes evolucionan, crecen, se van haciendo mayores. Y cómo (y no, no lo digo sólo por Kristen Bell, aunque también). Y estoy enganchado. Ah, una nota friki para acabar, si llegáis a ver la segunda temporada, que sepáis que el primer tipo que atiende a Veronica cuando va a alquilar un coche (el de la foto en la pared... si veis la serie ya os daréis cuenta) es Joss Whedon, el creador no sólo de la ya mencionada Buffy, sino también de la nunca bien ponderada ni suficientemente alabada Firefly.

20.6.06

Va de series (2): El Ala Oeste de la Casa Blanca

Ya, ya sé que no es la primera vez que hablo de esta serie. Y, a pesar de que ya he acabado de ver la séptima (y, lamentablemente, última) temporada, posiblemente volváis a leer algo al respecto por aquí. Pero es que se trata de una de las mejores series de televisión que yo he visto nunca.

Que conste que me costó mucho, pero mucho, mucho, acercarme a la serie. No me interesaba nada. Creía que sería un vehículo de propaganda yanki vacío y sin sentido. No podía estar más equivocado. Vale, se centra en los avatares de la vida de un presidente ficticio de los USA que responde al nombre de Jed Bartlet y al que interpreta un actor de origen gallego: Martin Sheen... pero es mucho más que eso. Es un análisis acerca de qué es la actividad política y qué debería de ser. Es una recolección de decisiones y encrucijadas morales, un espacio que suscita el debate o la reflexión (o eso pretende)... y un entretenimiento cojonudo, qué narices, con sus toques de culebrón, de comedia...



Durante siete temporadas vemos evolucionar a toda una serie de personajes (por cierto, sorprendente también que se haya mantenido buena parte del reparto casi sin cambios, con pocas bajas -aunque alguna de ellas bastante inesperada, la verdad-) y profundizamos de una manera bastante amena en los entresijos teóricos del sistema norteamericano (no tan diferentes en el fondo, por otra parte, de los de cualquier estado de la UE, por poner un ejemplo... aunque sí algo más en la forma). Iniciativas parlamentarias, minorías de bloqueo, negociaciones para captación de votos, escándalos políticos, crisis internacionales... todo tiene cabida, y todo se estructura a la perfección para que el interés no decaiga.

Al menos durante las primeras temporadas y hasta que abandona la serie su creador: Aaron Sorkin. Después de la marcha de Sorkin la serie pierde el rumbo (sobre todo en la tercera y cuarta temporadas) y tarda en remontar el vuelo. Pero lo remonta, y consigue, aún en los momentos más bajos, mantener nuestro interés.

Es un tratado de emociones y reacciones, un abanico de personajes casi monotemáticos y obsesionados que dudan durante toda la serie entre acatar las reglas del juego y realizar concesiones y perseguir sus objetivos e ideales. No hay caballeros de blanca armadura y los pocos que hay que se acerquen a esa idea acaban sin armadura y bastante manchados. Y a pesar de todo sientes casi hasta respeto por ellos. Son el modelo real de lo que debería de ser un buen político. Son casi personas de carne y hueso, con motivaciones reales (vaaaale, y diálogos un poco prefabricados en ocasiones, con un despiporre verbal que puede echar para atrás a algunos espectadores... pero sólo a unos pocos; que conste). Lo triste es compararlo con la realidad y... en fin.

La última temporada mantiene el interés de la sexta (en la que los productores, con bastante buen tino, amplían el álbito de acción de la serie) y cierra los interrogantes o cabos sueltos que pudieran quedar colgados. Quizás un poco hasta demasiado y todo. Rara vez se producen situaciones así en la vida, en las que todo (o casi) quede atado y bien atado, en que quienes se quieren despedir tengan tiempo para hacerlo, en que llegues a esa sensación de que se acaba todo... pero, qué demonios, la serie se lo merece. Disfrutadla

19.6.06

El Saló del Cómic 5 (y final)

Domingo. Por fin llegaba el domingo. Y yo que llegué a pensar que no existía ese día. Jorge y Ángel se habían vuelto a Asturias a primera hora de la mañana. Jaume estaba volando hacia Palma a eso de las once, cuando me desperté, así que sólo quedaba Vicente por ahí para ir a comer. Eso después de pasar por el recinto del Saló, claro está.

En fin, el caso es que no sólo de viñetas vive el ser humano (o eso dicen) así que decidimos ir a comer relativamente temprano, ver la carrera de Fórmula 1 y por lo menos el principio de la final de Roland Garros (en mi caso, claro, porque a las cuatro y media me tocaba traducir a Sienkiewicz). Vamos, que yo me iría a currar y Vicente se quedaría de okupa en mi habitación del hotel viendo la tele y con el encargo de enviarme sms con el resultado del tenis.

Ese, como digo, era el plan. Lástima que no saliese como lo teníamos previsto. A ninguno de los dos se nos ocurrió comprobar el horario de la carrera y para cuando quisimos ir a verla Alonso ya había ganado. Yupi, viva nuestra planificación.

El caso es que el resto sí salió como lo habíamos previsto, y Vicente me fue teniendo al tanto de las evoluciones de Nadal mientras Sienkiewicz se embarcaba en un 'sólo de batería' (por el rato que se pasó charlando) en la mesa redonde sobre Música y Cómics en la que también participaron Jaume Sisa, Tha (cuyo dominio de la acuarela elogió profusamente Sienkiewicz), Gani Jakupi y Joan Navarro como moderador.

Después de eso, poco más. Paseos por el recinto, un par de compras atrasadas, charlas ligeras y de vuelta al hotel con la intención de irme pronto a dormir. Iluso de mí. Cuando bajé al hall y me dirigía al restaurante me encontré con la gente de Astiberri (Fernando, Raquel, Begoña, Javi y el hermano de Raquel cuyo nombre no consigo recordar por más que lo intento... sorry... pero muy bonito el smoking) y, tras unos minutos de charla surrealista, decidimos irnos a cenar juntos. Ay, la charla del hall no había sido más que un preludio de lo que nos esperaba, una cena/desbarre de dimensiones considerables y en la que la cerveza bajaba como agua. Hacía tiempo, de verdad, que no participaba en una conversación tan sumamente surrealista. Por supuesto, tras la cena los postres y, sobre todo, los licores. Si es que los Salones del Cómic no son buenos para la salud...

En fin, por aquello de que esto no sea sólo texto, os dejo con una fotillo con Roberto Totaro, el autor de Nirvana...

16.6.06

El Saló del Cómic (4)

Me gustaría seguir abriendo estas crónicas en diferido con un informe meteorológico, pero lamentablemente el sábado no estaba yo muy en condiciones de apreciar las sutilezas del clima. Lo único que podía percibir era la tormenta que tenía lugar en mi cabeza, con nubarrones, lluvia, relámpagos y, sobre todo, truenos. Muchos, muchos truenos...

Claro que esa tormenta (que afectaba a las mareas y, sobre todo, a las resacas) no me libraba de asistir por la mañana a la charla acerca del futuro de los superhéroes, con la presencia de Ramón F. Bachs, Pascual Ferry, Steven Seagle (el guionista americano, no confundir con el 'actor', cosa que por cierto sí hicieron en el 20 Minutos -si mal no recuerdo- con foto incluida), Olivier Coipel, Mike McKone (que me impresionó muchísimo, la verdad... el tío se vino de vacaciones a la Península, a una casa de turismo rural, y le gustó tanto la zona que lleva año y pico viviendo en un pueblo de cinco habitantes a no sé cuántos kilómetros de Barbastro... uno de los momentos más divertidos de la charla fue cuando describió cómo se las ingenia para enviar las páginas cada mes y la cara que le puso su editor al enterarse de que mandaba los originales en un sobre normal y corriente y por correo ordinario... para que luego digan que Correos funciona mal) y un espontáneo... un tal Teddy Kristiansen que pasaba por allí y decidió sumarse a la charla.



Al acabar la charla seguía con el dolor de cabeza, y también con varios compromisos pendientes. Al acabar con ellos vi que se me hacía tarde, así que decidí irme a comer... y acabé haciéndolo solo y dándole plantón a Vicente y Jaume (ante los que me disculpo de nuevo), más que nada porque me dolía el tarro, porque tenía la comida pagada en el hotel y porque iba bastante justo de tiempo ya que había un par de entrevistas que traducir. Tan justo que ni café pude tomar y acabé pidiéndole a Mary, de prensa, que me trajera uno a la siguiente charla: Cómics continentales o trasatlánticos (o algo así). Lo cierto es que si te ofrecen la posibilidad de compartir mesa (aunque sea como traductor) con Jacques Loustal, David Gibbons, Rubén Pellejero y Miguelanxo Prado (además de Toni Guiral como moderador) la aceptas y disfrutas sea cual sea el tema. Una auténtica gozada.

Y para acabar el día: Mujeres y Cómic. Las oradoras eran Jill Thompson, Phoebe Gloeckner, Laura Pérez y Mar Calpena moderando (y con la baja a última hora de Purita Campos, la creadora de Esther) y, en mayor o menor medida, todas comentaron que iniciativas como la de esa mesa podían llevar a malentendidos, a aislar más a las mujeres que se dedican a la historieta. Y lo cierto es que tenían por lo menos parte de razón. Englobar en el mismo saco a gente como Phoebe Gloeckner y Jill Thompson simplemente porque ambas pertenecen al mismo género puede resultar arriesgado. Supongo que a casi nadie se le ocurriría sentar en la misma mesa a, qué sé yo, Rob! Liefeld y Dan Clowes... me da la sensación de que no deben de tener demasiado en común. Pues lo mismo ocurre con estas dos autoras, que no comparten gustos o influencias ni siquiera en lo que a muebles se refiere. Si algo saqué en claro de esa charla es algo que ya sabía antes de empezarla: que cada persona es un mundo y que las generalizaciones simplemente por dedicarse a la misma profesión y ser del mismo género pueden ser peligrosas.

Llegamos así al final de una jornada agitadilla, y la culminamos con una cena tranquila de buena parte de los sospechosos habituales (Jorge, Vicente -o lo que quedaba de él, porque estaba hecho polvo- Jaume y, más tarde, Rafa y Mari Paz) y, cómo no, un par de copas. Por aquello de no perder la costumbre...

15.6.06

El Saló del Cómic (3)

El viernes de nuevo sol y calor, qué raro en Barcelona en esta época del año. Y de nuevo entrevistas, claro. También algún que otro paseíllo por el Salón, saludos varios a multitud de personas (incluyendo a Sark, M.A. y algún que otro adláter más) y, al final, carrerón para ir a comer antes de que empezase la mesa redonda de por la tarde. Acabé en el mismo restaurante en el que habíamos cenado la noche anterior, engullendo plato tras plato a toda prisas mientras aguantaba coñas varias procedentes de Jorge Iván, Ángel, David Escrig y Quim. Un día normal, vamos...

Lo que ya no fue tan normal fue presentarme en la sala de actos para la charla de las cuatro y media (acerca de cómics y novela negra) y encontrarme con que el único invitado extranjero (Brian Azzarello) no aparecía. En un acontecimiento del tamaño del Saló hace falta que todo el mundo en la organización sepa perfectamente cuáles son sus cometidos y cómo llevarlos a cabo, y cuando una de las piezas falla se resiente toda la estructura. Lamentablemente en este caso una de las piezas falló (concretamente la encargada de invitar primero y acompañar después a los invitados extranjeros... y falló por no llevar a Brian a tiempo a la mesa redonda) y a los que estuvimos allí a tiempo se nos quedó la cara un poco a cuadros.

En fin, que la charla empezó de todas formas a las cuatro y media, con la presencia de Paco Camarasa (el dueño de la librería Negra y Criminal, no el editor de De Ponent Mon), Andreu Martín, Juanjo Sarto, Juanjo Guarnido y el que esto escribe, que estuvo sentado como un espectador de lujo en la esquina de la mesa hasta eso de las cinco de la tarde, cuando llegó por fin el bueno de Azzarello y tocó ponerse a currar.



¿Veis alguna diferencia entre estas dos fotos?




El problema del retraso fue que no pudo dedicarse todo el tiempo que se merecía a una de las charlas más interesantes a las que he asistido en los últimos años. Autores relacionados con el género negro trascendiendo lenguajes y formatos (allí daba igual que se hablase de novela que de cine que de series de televisión) y dando sus definiciones personales, con réplicas y contrarréplicas incisivas y rápidas y un mano a mano durante unos minutos entre Andreu Martín y Brian Azzarello digno de recordar...

Breve pausa aprovechada para ir corriendo al lavabo y ahí estamos, esta vez con Jean Claude Mezieres, David Lloyd, Luis Gasca, Horacio Altuna y Juanjo Sarto. ¿El tema? Casi ni mi acuerdo porque creo que se dejó de lado con mucha rapidez, pero creo que era algo así como Cine y Viñetas. ¿El resultado? Una de las charlas más polémicas que recuerdo en bastante tiempo (aunque no tan llena de enfrentamientos personales como alguna otra que tuvo lugar al día siguiente, pero bueno). Eso sí, con un par de primicias: una, un dvd traído por Mezieres con entrevistas a él y a Moebius y dos, que en Japón están preparando una serie de animación de 40 capítulos sobre las aventuras de Valerian. A ver qué sale de eso, pero en principio, si todo va bien, estará en las pantallas de medio mundo a partir de principios de la año que viene.

Después de la charla, a correr al hotel para un cambio rápido de ropa y a la entrega de premios del Saló. La charla y la presentación algo más animadas que otros años (tampoco demasiado, no os vayáis a pensar) y los premios no los comento, que para eso están otros foros. Lo que sí hay que destacar son los dos premios populares que ganó Dolmen (por aquello de que son amigos) y el discurso de Vicente García que lanzó, sin pensar demasiado, una pulla amistosa que, afortunadamente, como tal fue recibida.



Fijaos el brillo rojo de los ojos de ese pequeño diablillo...

A partir de ahí empezó un cierto desbarre. Jorge y Ángel desaparecieron de repente mientras Enrique Vegas, Kenny Ruiz, Víctor Santos, Pere Pérez y unos cuantos más redactaban un manifiesto antigafasta salpicado de improperios y carcajadas. Varios whiskies más tarde, y tras arrasar con toda cuanta comida quedaba, conseguimos arrastrar al grandísimo Horacio Altuna hacia la Rambla. Allí recogimos a Jorge y Ángel (recién salidos del Boades, si no me equivoco) y a la gente de Dolmen (al resto del personal del stand, vamos) y fuimos hacia la Plaça Universitat a tomar un par de cacharros más (aunque a alguno ya empezaban a notársele los efectos del alcohol)



Y a lo mejor es que estoy un poco macarra últimamente, pero he aquí una imagen que es una prueba de que Vicente García NO es un polinick en internet como algunos iluminados tienen a bien escribir (y de lo de que Dolmen no paga o que los precios de los tebeos sirven para financiar las compras de originales de Jaume Vaquer casi prefiero ni hablar)



O, lo que es lo mismo, aquí tenéis a Azahara, a Rafa Morey y a MariPaz. La Dolmen People, vamos, y los sufridores que tuvieron la desgracia de escuchar nuestros desbarres (junto con Rafa Fontériz) y que tuvieron la suficiente paciencia como para aguantarnos durante buena parte de la noche.

Noche que, por otra parte, tuvo un final cuando menos peculiar. Una vez de vuelta Jorge, Ángel, Vicente, Jaume y yo al hotel, alguien tuvo a bien tratar de ir a tomar algo al bar del hall... que llevaba horas cerrado. El recepcionista, con una gran visión comercial, tuvo a bien a su vez indicarnos que si queríamos otra copa podíamos pedirla al servicio de habitaciones. Y, ni cortos ni perezosos, eso es lo que hicimos (y la consecuencia en mi caso fue que acabé dándole la brasa a Ángel y Jorge hasta cerca de las seis de la madrugada)



Os dejo hoy con una imagen definida con mucho acierto por su protagonista. Después de verla, Jaume soltó (más o menos, que la memoria falla un poco): 'Joder, como cuelgues esta imagen en el blog a ver cómo convenzo a alguien de lo dura que es la vida del editor y crítico de tebeos'. De nada, Jaume

14.6.06

El Saló del Cómic (2)

La mañana del jueves amaneció soleada y calurosa, y un poco apurada, la verdad. Poco antes de las once me acerqué al recinto de la Fira, sede del Saló, para conocer por fin en persona a Carles Santamaria, director del salón y principal responsable de mi presencia allí. Y de paso también pude saludar a Tomás Pardo, jefe de prensa (creo... como mínimo uno de los máximos responsables de prensa) y me presentaron también a Juanjo Sarto, coordinador de las mesas redondas y uno de mis compañeros habituales de desventuras durante esos días.

Pude recorrer también las distintas salas (la de prensa, la de mesas redondas...). En fin, que pude familiarizarme con lo que iba a ser 'mi territorio' en los siguientes días. Y conocer al resto de personal de prensa, claro, a Mayte, a Mary, a Armand (bueno, a Armand ya lo conocía, pero nos entendemos) y a algunos traductores/intérpretes más que corrían por allí: Robert, Elena, Alain.

Me dieron así las dos de la tarde, y me llevé a Brian Azzarello y a Jill Thompson (por cierto, y por si alguien no lo sabía, son marido y mujer. Ya, ya sé que no viene a cuento, pero bueno) de tapas. Aprovechamos para ponernos al día (a veces parece que ese es el único cometido de estos salones, ponerte al día con la gente a la que hace tiempo que no ves) y nos echamos unas risas. A eso de las cuatro menos cuarto, justo cuando estaba a punto de ir a traducir una entrevista de René Petillon, se me cayó un caracol en escabeche encima de la pernera... mierda. El primer día en el Saló y yo con los pantalones manchados. Hala, a correr hasta el hotel, un cambio rápido de ropa y a la Fira con la lengua fuera.

A lo tonto a lo tonto me dieron así las seis de la tarde y tocaba prepararse para la verdadera prueba de fuego: la mesa redonda con Rene Petillon, Vicenc Sanchís (director del Avui), J.L. Martín, Toni Batllori, Luis Conde y el Ministro de Justicia. Glubs. Justo antes de empezar dice Sanchís: '¿Cómo?¿Traducción consecutiva? Yo pensé que sería una cosa seria, con simultánea y tal'. Bien, gracias por los ánimos, muchachote. Empieza la charla y las cosas salen bastante bien, tanto es así que Sanchís dice en voz alta 'Chaval, eres un crack'. Y el resto vino rodado. Por cierto, la foto es de De la Calle, que no acabó de pillarle el truco a mi cámara y... en fin, que detrás del de la calva estábamos René Petillon y yo. Os lo juro.



Por cierto, que si alguno se preguntaba por qué estaba el Ministro allí, aquí tenéis una buena justificación. A mí me parece una caricatura de un nivel más que aceptable, ¿no?


En fin, el caso es que llegamos a la cena casi sin querer. Tras varios paseos buscando un sitio donde cenar ('Por aquí...' 'No, no, por aquí' '¿Pero tú no habías vivido en este barrio?''Sí, pero hace ocho años...''Excusas, excusas') por fin encontramos un restaurante en el que no podían servirnos la mitad de los platos pero sí acomodarnos a todos (Brian, Jill, Víctor Santos, Jaume Vaquer, Sempere, Ángel de la Calle, Vicente García, Jorge Iván, el menda y más gente que ahora mismo ya no recuerdo). Cena animada, como demuestran las fotos, excepto quizás para Sempere y Ángel (a sus caras me remito)





Y fin de fiesta de nuevo en el hotel. Ya estaba en marcha el Saló...

13.6.06

El Salón del Cómic (1)

Vamos recuperando el aliento tras las agotadoras jornadas del Saló de este año y, por fin, tengo algo de tiempo para sentarme ante el teclado y compartir impresiones y vivencias con vosotros. Y son bastante positivas, la verdad. Hasta optimistas diría yo.

Vayamos por partes. El miércoles salí del trabajo aquí en Bruselas a eso de las seis menos diez de la tarde, llegué al aeropuerto con el tiempo un poco justo para pillar el avión de las 19:10 hacia Barcelona y por el camino, cual Clark Kent barato, fui cambiando el uniforme. La corbata fue lo primero en caer, y luego le tocó a la chaqueta y la camisa (ya en los lavabos del aeropuerto, que no estaba yo por la labor de crear un escándalo público). Adios a las reuniones de la Comisión, hola al Saló del Cómic.

Aterricé a eso de las 21:10 y estuve esperando unos veinte minutos a que llegase el vuelo de Palma en el que venía mi buen amigo Jaume Vaquer. La espera estuvo amenizada por charlas telefónicas varias con Vicente García, Jorge Iván Argiz... los sospechosos habituales, vamos. Y poco a poco iba notando como la bestia, el friki de mis entrañas, se despertaba. Estaba hambriento, deseoso de probar de nuevo el sabor del papel, la tinta y las viñetas...

Llegada al hotel, primer vistazo a la habitación y a correr ya. A buscar algún sitio en el que cenar con Jaume y Vicente (Jorge y Ángel de la Calle estaban en una cena/reunión con Paco I. Taibo II -director de ese fantástico micromundo que es la Semana Negra, uno de los mejores festivales de este universo y de cualquier otro- y no sé quién más).

Tras una copiosa cena (la primera de muchas...) volvíamos hacia el hotel, donde habíamos quedado con Jorge y Ángel para tomar algo, y se nos acerca corriendo un tipo con pinta de yonki... '¿Tenéis un móvil? Es que están atracando a un tío en el cajero y yo no tengo teléfono para llamar a la poli' Antes de que Vicente o yo pudiéramos abrir el pico Jaume le respondió con un tajante 'No' y le recomendó que se metiese en alguno de los bares que había por la zona si realmente quería llamar. Tras perderlo de vista, Jaume sentencia 'Es que no veáis la cantidad de yonkis que entran en mi farmacia...'. Al llegar a la esquina, al cajero, vemos cómo efectivamente dos putas de un considerable tamaño y pertrechadas con una barra de hierro están dentro atracando a un tío, y nos quedamos contemplando la escena a una distancia prudencial, esperando a que llegue la policía. Bien, aún no había empezado el Saló y ya estábamos viviendo una escena digna de 100 Balas...

Al final llegó la policía y, a pesar de la curiosidad morbosa que sentíamos Vicente y yo, Jaume nos convenció de volver al hotel. Al entrar en el hall vimos a Ángel y Jorge esperándonos y decidimos comprobar la calidad de los licores en el piano bar. Diría que era estándar, pero ya no estoy seguro... A eso de las tres de la mañana, y después de una animada charla en la que empezamos a ponernos al día, decidimos que iba siendo hora de largarse al sobre, que al día siguiente empezaba el Saló de verdad....

7.6.06

Va de series (1) : Prison Break


Por fin de vuelta a esta Peonza que tengo un tanto olvidada de tanto girar, y con un post de los que realmente disfruto. Un texto en el que hablar de una serie de televisión que me está gustando bastante a pesar de ser un tanto... tramposa. Por si os lo estábais preguntando, se trata de Prison Break.

Hace ya tiempo que oí hablar de esta serie, y lo cierto es que la premisa básica me llamaba bastante la atención: un ingeniero, que tiene acceso a los planos de la cárcel en la que su hermano está prisionero (nada más y nada menos que por haber asesinado al hermano de la vicepresidenta de los USA), decide cometer un delito para que los encierren juntos y así preparar una fuga de las que hacen historia. Considerando que la Gran Evasión es una de esas películas que me trago sin rechistar cada vez que la echan en la tele, que recuerdo con cariño una de esas pelis de la infancia en la que Clint Eastwood se fuga de Alcátraz y que me gusta hasta Evasión o Victoria, sabía que era público cautivo aún antes de ver el primer capítulo de la serie.

Tengo que reconocer también que me costaba imaginar cómo iban a rellenar 22 capítulos de 40 minutos simplemente con la historia de una fuga, y la verdad es que les cuesta un poco. En el primer episodio se establecen las bases de lo que va a ser el resto de la primera temporada. Se nos presenta a Michael Scofield, el verdadero protagonista y director de toda la función (interpretado por un tal Wentworth Miller al que no conocía de nada y que es una de las sorpresas agradables de Prison Break pese a que se pasa media temporada simplemente poniendo cara de palo), a su hermano, a su compañero de celda y a algunos secundarios más que están fuera de la cárcel. Averiguamos parte de las motivaciones de los personajes y vemos las primeras trampas de la serie. ¿Qué a qué me refiero cuando hablo de trampas? A que se juega con el espectador induciéndole a pensar una cosa para luego sacarse una explicación un tanto descabellada, o nuevos detalles que cambian el 'status quo' original. Pero son trampas bien hechas (aunque en ocasiones pidan un poco de complicidad) y que realmente sirven para que avance la historia, por lo menos en la mayoría de los casos.

Lo que ya me llama menos la atención es la trama secundaria que se desarrolla fuera de los muros de Fox River (que es, obviamente, la cárcel). Básicamente se trata de algo que suena a bastante visto, una de esas teorías de conspiración y paranoia que suelen empezar bien pero que se desinflan con demasiada rapidez y que, sinceramente, me aburren un poco. Menos mal que el reparto de secundarios es absolutamente genial, están bastante bien definidos (ese Abruzzi, ese Sucre o ese Haywire... mis favoritos) y la interacción entre ellos es lo realmente interesante de la serie. Bueno, eso y ver cómo se las ingenian para salir de la cárcel. Si a todo este cóctel añadimos a un Stacy Keach (el Mike Hammer de la serie de televisión de los años ochenta) que llena la pantalla cada vez que aparece en ella, tenemos un producto bastante adictivo, lleno de 'continuarás' de los que te mantienen en vilo y que suelen resolverse de manera bastante coherente.

El único pero que le pongo es a ver cómo sigue la segunda temporada porque el final de la primera lo deja todo bastante en el aire y no sé muy bien cómo se las arreglarán para continuar la historia y mantener el interés. Vamos, que corren el riesgo de llegar a aburrir con tanta vuelta de tuerca, aunque espero sinceramente que no sea el caso.