El sábado llegó la traca final, por fin, de Viñetas. La charla de Jeff Smith (con presentación informática incluida) y la de Tatsumi. Pero menos mal que se acabó. No me malinterpretéis, el festival estuvo muy bien, mejor incluso que en ediciones anteriores. Quizás haya que apuntar en el debe de la organización un mayor respeto de los horarios establecidos (no siempre es fácil, desde luego, pero hay que intentarlo), más fácil acceso a la información y evitar malentendidos (como que sólo se podía llevar a las sesiones de firmas obras del autor o el catálogo oficial), pero eso no dejan de ser cuestiones relativamente menores. A lo que me refiero con el 'por fin' es a que, por bien que esté un festival (y repito que Viñetas estuvo muy bien), cuando llevas cinco o seis días, por bien que te lo estés pasando, sólo tienes ganas de que se acabe.
A lo mejor hace diez años no, pero a estas alturas... En fin, que ya no soy el mozuelo de esta foto (para empezar, la melena desapareció hace ya tiempo)...
... pero espero seguir participando en Viñetas unas cuantas ediciones más. Sólo quedamos cuatro de la organización original (y menos mal que nos libramos de un indeseable después de la primera edición, que si no no llegamos a la decena): Roberto X. Noya, Jaime Oiza, Miguelanxo Prado y un servidor. Pero las incorporaciones han sido más que notables (Carlos Portela, Melo, Moncho, Fer, Edu, Susana, Óscar, Adrián, Elena, Aldara...), los cambios, por lo general, a mejor, y las ganas siguen ahí. Van diez ediciones, y espero que lleguemos a diez más como mínimo y poder cantar aquello de 'Que veinte años no es nada...' Y vosotros que lo veáis.
Así que Viñetas se despide hasta el año que viene. Dejadnos bajar las escaleras, llegar al Atlántico y respirar su brisa. Recuperar las fuerzas, que el año que viene volveremos con energías renovadas...
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4 comentarios:
Pues nada tio, a ver si empalmas La Coruña con Avilés y te vemos por aquí para tomarnos unas cervezas y echarnos unas risas, salu2 y un fuerte abrazo.
Dos vías quedan después de que los trenes lleguen a cada estación y los acompañantes, madrugadores, lleven o traigan a los viajantes, nos vemos en Avilés.
Buá, neno... Los años no perdonan... :)
Gracias por la crónica.
Es cierto, tío. ¡Qué mal te ha tratado el tiempo, qué cosas, :P!
Y muy bien la crónica, si señor
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