Los Oscars desde dentro (primera parte)

Casi una semana después de la ceremonia de entrega de los Oscars, marcado todavía por un cierto espíritu cinéfilo y recuperado ya de la falta de sueño (bueno, o no, pero da igual) hoy os traigo una visión un tanto distinta de los entresijos de la retransmisión de los premios de la Academia por parte de Canal +. En otras palabras, qué se esconde tras el glamour del cine. O no.

El caso es que este año he sido, por cuarta vez, una de las voces de la gala, uno de los encargados de la interpretación simúltanea para el Plus. Como cada año, el equipo constaba de tres voces masculinas y tres femeninas, encargadas de repartirse todos los discursos, entregas y aceptaciones de premios y entrevistas en la alfombra roja. La peculiaridad este año es que la selección de intérpretes se hizo mediante un cásting de voces, y que además hubo un ensayo el día antes.

El sábado a las tres de la tarde nos reunimos los seis en Tres Cantos, en la Av. de los Artesanos. En los estudios de Sogecable, vamos. Por primera vez desde que trabajo en estos premios, nos convocaron a las tres de la tarde el día antes de la ceremonia para poder tratar un par de cuestiones técnicas, ajustar la salida de audio al tono de voz de cada uno, ver una primera versión del guión (que en muchos casos acaba convirtiéndose en papel mojado... se respeta el orden de intervenciones, claro está, pero no tanto los pocos textos que nos llegan). Allí nos presentamos Christina, Christine, María, Fernando, Aitor y yo, y bajamos al estudio 4, donde nos encontramos con una serie de mesas puestas en fila, varias consolas para controlar el volumen y demás, y cada uno con una caja pegada a la mesa con un botón rojo cuadrado que había que pulsar para que se oyesen nuestras voces en el plató de arriba, en el que estaban Angels Barceló y Jaume Figueres.

Nos repartimos los sitios y decidimos poner las mesas en V para poder vernos las caras durante la retransmisión. Uno de los elementos más importantes en este tipo de retransmisiones es saber a quién le toca intervenir en cada momento, y poder ver en todo momento a todos tus compañeros ayuda a corregir posibles despistes o problemas. Una vez reasignados los sitios, me encontré ante el micro número dos, con Aitor a mi derecha.

Y María, Christina, Christine y Fernando (por ese orden) a la izquierda. Como véis, el estudio tenía una pinta un tanto industrial, pero de lo que no cabe duda es de que teníamos espacio de sobra para sentirnos cómodos.

Por cierto, que la imagen nos llegaba a través de dos monitores, dos teles de pantalla plana situadas justo enfrente de nosotros, en cada uno de los vértices de la V, para entendernos. Y el ensayo sirve no sólo para todo lo que os comenté hasta ahora, sino también para adelantar imprevistos. ¿Por ejemplo? Fijaos en la pantalla. En teoría teníamos que estar recibiendo la señal grabada de la ceremonia del año pasado, para poder interpretar un poco y que ajustasen volúmenes y demás, y a la hora de verdad lo que veíamos era la goleada del Arsenal al Fulham del fin de semana pasado. Cosas del directo. O no, más bien del ensayo. Te pasa algo así en directo y estás vendido...

A eso de las seis y pico, casi las siete, se acabó el ensayo y nos llevamos nuestra copia del guión y la escaleta en la que se detalla el orden de entrega de los premios, las conexiones que se van a hacer en directo y demás pormenores de la retransmisión. Nos pusimos de acuerdo entre todos para saber exactamente cómo designar cada premio (por ejemplo, Óscar al mejor actor secundario o de reparto... y ganó 'de reparto'), cotejar la traducción de los títulos de las películas y cortos nominados y repartirnos un par de deberes más (hacer una lista de los productores de las películas...) Y luego a descansar, que lo verdaderamente importante sería la noche siguiente...