22.9.05

Ceniciento

Bueno, ya hay por ahí algo de viajes, algo de libros y algo de cómic, así que va siendo hora de que viremos hacia el cine un rato... por aquello de la variedad y un cierto movimiento. O sea, porque ahí me llevan mis giros.

Después de las fiebres otoñales y caducas de ayer, empecemos con una peli que no es que me haya apasionado precisamente: Ceniciento... perdón, Cinderella Man. Que se gire siempre sobre sí mismo y sin moverse del sitio no es algo malo por definición, pero que lo haga Ron Howard pues como que no me convence. La película cuenta la historia de la caída y resurgimiento de Jim Braddock, aspirante al título de semipesados de boxeo que se ve obligado a trabajar de estibador en el puerto tras el crack de la bolsa en 1929 y que consigue en 1935, y tras verse obligado a mendigar una oportunidad, ganar el título en la categoría de pesos pesados. Yupi. Bonita metáfora sobre la recuperación de los USA tras la Gran Depresión (como nos recuerdan desde la frase promocional de la peli, algo así como 'Cuando los EEUU estaban de rodillas él volvió a ponernos en pie') y superación personal y todas esas cosas tan bonitas que nos cuentan en los telefilmes de sobremesa de Antena 3. En fin, que más de lo mismo, que los combates no están demasiado mal rodados y Crowe no es mal actor (aunque a ratos echas de menos verlo en el ring con un teléfono en la mano, entonces sí que me daría miedo) pero el resto llega a aburrir, y mucho (Zellwegger incluida). Para acabar, dos cosillas más: una, de la familia Howard prefiero a Bryce Dallas, la ciega de 'El Bosque', que a Ron, que lo mejor que hizo en su vida fueron Willow y Splash, y casi de casualidad; y dos, que para conocer la historia del tal Braddock es mejor leer la sección de Perfiles en la contraportada de El Mundo Deportivo del viernes pasado, que te cuenta lo mismo de manera más amena y te sale más barato.

Harina de otro costal, para mi sorpresa, es La Isla. A pesar de las reticencias que me produce ver una película de Michael Bay, tengo que reconocer que me lo pasé muy bien en el cine, y no sólo por la presencia de Scarlett Johansson en pantalla (que influye, para qué lo vamos a negar). La historia me recordó relatos de Philip K. Dick o Aasimov (salvando las distancias) y aunque es cine de entretenimiento puro, está bien hecho y hasta resulta absorbente por momentos. Si no habéis visto la película o no sabéis de qué va, no voy a ser yo quien la comente ahora. No es que tenga grandes sorpresas argumentales pero la verdad es que al verla me di cuenta de que la hubiese disfrutado aún más si llego a entrar en el cine sin saber qué está ocurriendo ni cual es la premisa argumental. O sea, que no contaré nada del argumento y simplemente os recomiendo que vayais a verla si tenéis ganas de ciencia ficción en un futuro no demasiado lejano y sin muchas complicaciones. No está al nivel de Gattaca pero es una entrada que merece la pena pagar.

Y como estoy embalado (esto del movimiento, aunque sólo sea el de los dedos sobre el teclado, es lo que tiene) vamos por la tercera película del día, The Upside of Anger, cuyo título en castellano lamentablemente no sé... y no voy a buscar ahora. La verdad es que me gustó casi desde el principio esta especie de versión modernizada de Mujercitas con toques de humor negro. El reparto es genial, desde Joan Allen haciendo de madre alcoholizada hasta Kevin Costner haciendo de alcohólico a secas (y actuando un poco, para variar) pasando por las cuatro hijas: Erika Christensen (la hija de Michael Douglas en Traffic), Evan Rachel Wood (una de las dos protagonistas de Thirteen), Alicia Witt y la pesada de Keri Russell (la prota de Felicity y la más floja de todas en mi opinión). A estos seis los acompañan unos secundarios de traca, sobre todo el productor del programa de radio de Costner, interpretado por un Mike Binder que además guioniza y dirige todo el cotarro. Lástima que pierda un poco de fuelle al final, pero es de las que te dejan a gusto, sobre todo si vas a verla con tu pareja.

En fin, que definitivamente sí que es otoño y las pantallas de cine me llaman bastante... qué se le va a hacer, no siempre una peonza controla su rumbo. De hecho, más bien casi nunca lo logra.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues muy interesante, Diego. En cualquier caso me has dado ganas de ver las tres pelis, aunque sea solamente para tomarte la medida como crítico de cine ;D

Diego dijo...

A la espera del resultado quedo... a ver si yerro mucho el tiro según tu criterio o no. Un saludo

Diego.

(Pero Cinderella Man seguirá sin gustarme me digan lo que me digan, que conste ;D)