Después de varios días de galos, y por aquello de compensar, hoy cambio de formato y de continente: del tebeo a la novela (distintos formatos en los que contar historias) y de Europa al otro lado del Atlántico.
Lawrence Block es un muy prolífico escritor de novela negra al que empecé a leer hace relativamente poco (cuatro o cinco años) pero al que vuelvo con bastante frecuencia. Autor de varias sagas de personajes, hoy albergo aquí a uno de mis favoritos: Bernie Rhodenbarr, ladrón de profesión y, quizás, librero de vocación. O al revés, que nunca queda claro.
Bernie es un especialista en invadir hogares ajenos que vio la luz por primera vez en 1977, en la novela Burglars can't be choosers y llega hoy de visita a La Peonza porque estoy a punto de acabar el penúltimo (hasta el momento) de la serie: The Burglar in the Rye. No es, desde luego, la novela más original del mundo, pero sí muy divertida. Una de las constantes de la serie es hacer referencia a personajes u obras del cine, la literatura o la pintura y estructurar la acción conforme a esas obras o personajes (The Burglar who thought he was Bogart, The Burglar who painted like Mondrian...). En este caso concreto la referencia es El Guardián entre el Centeno (The Catcher in the Rye) o, más concretamente, su autor JD Sallinger, transformado aquí en un tal Gulliver Fairborn.
La novela parte con Bernie involucrado en un asesinato que por supuesto no cometió y del que a pesar de todo se convierte en sospechoso. A partir de ahí las cosas se embrollan cada vez más y se van haciendo cada vez menos inverosímiles y cada vez más repletas de referencias literarias. Y me da igual. Seguramente el final sea tipo Agatha Christie, con el protagonista desenmascarando al culpable y explicando cómo lo descubrió. Y, de nuevo, me da igual. Lo que me divierte de Block en esta serie de novelas con Bernie de protagonista es lo ácido y surrealista de algunos diálogos, lo extravagante de los personajes y lo bien que narra el tío. Lo que cuenta está trilladísimo en la mayoría de los casos, pero te lo cuenta de tal forma que aún así te divierte y hace que formes parte de la historia. Y eso es mucho decir.
No creo que se pueda definir a Block como un autor innovador en cuanto al argumento de ninguna de sus novelas pero tanto en esta saga como en la de las aventuras de Evan Michael Tanner (el veterano de la guerra de Corea al que un trozo de metralla transforma en insomne permanente) consigue entretenerme y hacerme reír, además de lograr que disfrute casi todos y cada uno de los diálogos que escribe. Si tenéis que hacer un viaje largo dentro de poco (o si sencillamente tenéis la oportunidad) os recomiendo que le echéis una ojeada a alguno de los libros protagonizados por Bernie. Es un excelente compañero de viaje.
29.9.05
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