7.4.06

Un divorcio y un Rockwell falso

Norman Rockwell es uno de mis pintores favoritos(junto con E. Hopper y Alfons Mucha) así que no podéis ni imaginaros la envidia que siento cuando leo que un tal Norman Trachte, dibujante y editor de una tira de prensa de los años 40 titulada 'Henry', le compró una de sus obras en 1960 y por 900$. El cuadro en concreto se titula 'Breaking Home Ties' (es el que está aquí debajo) y Rockwell lo creó como ilustración de portada del Saturday Evening Post... y acabó convirtiéndose, según una encuesta entre los lectores, en la segunda imagen más valorada de la historia de la publicación.


Hasta aquí, todo normal. Igual que es normal que en ocasiones los matrimonios no funcionen y acaben en divorcio, como fue el caso del de Trachte. Lo que no es tan normal es que el bueno de Trachte, mientras se resolvían los trámites de la separación de bienes y demás, decidiese hacer una copia de este cuadro y de otros siete de artistas locales (Rockwell y los Trachte vivían en la misma zona) y esconder los originales tras un panel de madera en la pared de su casa.

El divorcio siguió su curso normal, se separaron los bienes y el cuadro quedó por fin en manos de Trachte, quien no debía de fiarse demasiado de las intenciones de su ex-mujer (a pesar de que en el acuerdo definitivo de divorcio se estipuló que los cuadros eran propiedad de los hijos de la pareja y se permitía a los padres tenerlos bajo custodia -los cuadros, no a los hijos-) porque no volvió a sustituirlo por el original. Durante años el salón de su casa estuvo adornado con lo que se suponía que era un Rockwell y en realidad era una falsificación hecha por él mismo. Y no le dijo a nadie su secreto, se lo llevó a la tumba al morir el año pasado.

Y ahora, tras un concienzudo proceso de restauración, acaba de descubrirse que el cuadro que Trachte cedió para exposiciones en medio mundo, el que colgaba orgulloso de las paredes del museo de Norman Rockwell desde el año 2002, era en realidad una falsificación. Sencillamente genial... igual que el comentario de la ex-mujer de Trachte (que sigue viva y tiene 98 años) cuando su hijo mayor le descubrió el pastel; tras una mueca irónica sus únicas palabras fueron 'Ja, pues no me sorprende'

Más información en este artículo del N.Y. Times

No hay comentarios: