12.1.06

El segundo piso (expo de Little Nemo)

De la cocina se sube por una estrecha escalera de madera hasta la entrada, y en el camino nos encontramos, como quien no quiere la cosa, con una ilustración de Mattotti que refleja la peculiar visión que el autor italiano tiene de Nemo. Sin que nos dé tiempo a reaccionar, nos encontramos con un par de cartelas explicativas que nos informan de que la casa Autrique estuvo abandonada durante bastante tiempo y que uno de los grandes responsables de su recuperación y transformación es un tal Benoit Peeters... y las cosas van cobrando cada vez más sentido.

Subimos hacia el segundo piso y nos encontramos con un texto del propio Peeters en el que explica al visitante que su idea es que la casa no sea simplemente el recinto que albergue exposiciones, sino un elemento mismo de la visita. El museo no se limita al contenido, incluye también al contenedor.

La sensación onírica es cada vez más fuerte, y a ella contribuyen la suave música que se oye de fondo sin saber muy bien de dónde procede y los periódicos de principios de siglo que adornan las paredes. Curiosamente todos ellos están abiertos por la página de la tira de prensa. Y curiosamente esa página la ocupa siempre el mismo personaje...

Aún en proceso de asimilación de lo visto llegamos al rellano entre el primer y el segundo piso. Una puerta blanca de madera, cerrada, parece desafiarnos a que la abramos. Detrás, un aseo lleno de macetas colgantes, y en la pared, una ilustración de Moebius. No creo que haga falta decirlo, pero la impresión de estar en un sueño es cada vez más y más potente.


Las escaleras nos llevan directamente a uno de los dormitorios principales de la casa, con su vesitidor, sus enormes armarios, la antesala en la que seguramente esperaban los visitantes, una cama digna de los mejores sueños. De verdad que espero encontrarme en cualquier momento con un fantasma al más puro estilo victoriano...
Y quizás la estatua que se ve en el jardín, desde la ventana, lo sea. Quizás sea un espectro, o un fauno surgido de algún rincón escondido y que decidió hace ya tiempo convertirse en estatua...

3 comentarios:

Jorge Iván Argiz dijo...

Lo leo y no lo creo....

Diego dijo...

Supongo, Jorgito, que te refieres a lo de ver un original de Moebius en un aseo en el rellano de una escalera... pues imagínate cómo me quedé yo al descubrirlo...

Jorge Iván Argiz dijo...

Pues me refiero a todo el edificio en general, aunque lo de colgar originales al lado de aseos ya lo vi en Ficomic, jeje