15.11.05

Canción de fuego y hielo

A unos metros de este teclado tengo el cuarto volumen de una de las sagas de literatura fantástica que más me están gustando (y con diferencia) de los últimos años. A A Feast for Crows no le quedan más que unas 40 páginas para que llegue al desenlace del libro, y me imagino que mañana lo comentaré con más calma.

Pero antes, un poco de contexto, que una obra de la magnitud de esta heptalogía de George R. R. Martin no se acomete todos los días. Y es que éste yanki, antiguo guionista de televisión (autor de algunos episodios memorables de Twilight Zone -creo recordar que en castellano la llamaban La dimensión desconocida- o de la serie de La Bella y la Bestia -con Linda Hamilton de bella- que emitieron varias cadenas autonómicas hace unos años) se mete a crear todo un mundo. Salvando las distancias, un poco como Tolkien.

Claro que mientras que los intereses de Tolkien se centraban sobre todo en cuestiones de idiomas (se dice que en realidad creó la Tierra Media como excusa para inventarse unas cuantas lenguas), los de Martin parece que van más bien por el terreno de las relaciones políticas y las descripciones de personas y paisajes. Martin nos presenta una isla llamada Westeros que estuvo dominada durante siglos por una familia, los Targaryen, que consiguieron unificar los siete antiguos reinos que allí había en uno solo.

Unos quince años antes de la acción que nos narra el libro se produce una revuelta y un nuevo rey, Robert Baratheon (y con él una nueva familia), llega al trono. Y así empieza El juego de Tronos, el primer volumen de esta enorme saga, con la visita de Baratheon, su familia y todo su séquito a Winterfell, hogar ancestral de la familia Stark, a la que pertenece Ned, el mejor amigo de Robert.

Si os parece que la cantidad de nombres y referencias de los anteriores párrafos es exagerada es mejor que no sigáis leyendo. En serio. Lo que acabo de resumir son quizás las primeras decenas de páginas del primer libro, que tiene 704 en la edición de bolsillo en inglés. Y serán siete tomos en total (o más, ya veremos).

Martin empieza poco a poco, con no demasiados personajes (todos pertenecientes o relacionados con las familias Stark, Baratheon y Lannister, que es la familia de la reina Cersei, su padre Tiwyn y sus hermanos Tyrion y Jaime) dándole a cada uno su voz y haciendo que nos sirvan de guías a lo largo de los vericuetos de Westeros. Vamos conociendo las características generales de cada una de las familias nobles, sus lemas (el de los Stark 'Llega el invierno', el de los Lannister 'Oíd mi rugido'), sus escudos heráldicos, los animales que los representan, las características generales de sus tierras... es decir, que Martin nos da una magistral clase sobre la historia de un país inventado por él y encima hace que el lector se lo pase como un enano. Maquiavelo se sentiría orgulloso del comportamiento de alguno de los personajes. Las descripciones de ambientes, paisajes y acciones están muy logradas, y el autor utiliza un recurso que ayuda a mantener la tensión y a ampliar conocimientos sobre este reino: la acción se narra en capítulos bastante breves, de entre 10 y 15 páginas y cada uno desde la perspectiva de un protagonista diferente.

Vamos, como Cela en La Colmena (si es que realmente la escribió Cela y no Martín Santos, el autor de Tiempo de Silencio... la censura es mala en sí misma, pero si encima el censor se dedica a robarle obras a otros autores y publicarlas como si fueran propias ya sí que apaga y vámonos... y de nuevo estoy divagando). Eso sí, y que me perdonen los puristas, me lo estoy pasando mucho mejor con esta Canción de Fuego y Hielo de lo que jamás me lo pasé con La Colmena...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Coincido totalmente contigo. Yo llevo 200 páginas de Festín de cuervos y reconozco que hace mucho tiempo que un libro no me enganchaba tan rapidamente.

Diego dijo...

Brawl

Pues si nos parecemos un poco, ya ves lo que te espera... morderte las uñas, como yo, hasta que salga el siguiente.

David

A mí me pasaba lo mismo... exactamente lo mismo además. Conocía a Martin por referencias, en la Semana Negra me lo pusieron por las nubes y me compré (de saldo y con una portada horrorosa) El Sueño del Fevre (si os gustan los vampiros, leedlo. De verdad. No os arrepentiréis).

Y pasé de Juego de Tronos. Había escuchado (y repetido) tantas veces lo bueno que es que me daba hasta rabia. Martin nos regaló a unos cuantos de la organización una camiseta gris con el escudo nobiliario de los Stark y el lema de la familia... y ni me la ponía nunca (y ahora es una de mis favoritas de entre las camisetas frikis que tengo... y eso que la ilustración del lobo, aquí entre nosotros, deja bastante que desear)

Ahora, el día que leí por fin Juego de Tronos... Joder, aquel día me dieron ganas de pegarme de cabezazos contra la pared por no haber aprovechado para charlar con el autor habiéndolo tenido durante diez días al alcance de la mano...

Por cierto, este año (2005) creo que estaba previsto que hubiese vuelto a la Semana pero no le fue posible. Espero que Taibo y compañía consigan convencerlo para la del 2006... y si no lo consigue, vente a la Semana de todas formas, que interesante lo va a ser seguro...