La mañana siguiente empezó como os podéis imaginar. Bueno, no, no tanto, malpensados. Quiero decir, que no teníamos tanta resaca ni nada, pero sí bastante cansancio. La falta de sueño es lo que tiene. Matt y Nara fueron a buscar el coche de alquiler (un monovolumen de esos de siete plazas en realidad) mientras yo ordenaba un poco el piso y eso, y en torno a mediodía salimos a buscar a Esad y compañía. Obviamente el ritmo era un poco lento esa mañana, y se notaba.
No hizo falta casi ni decir que lo de la excursión se fue al garete antes siquiera de empezar el viaje. Así que paramos en un súper para hacer acopio de líquidos y nos pusimos en marcha... hasta que, al salir de Zagreb, Matt se dio cuenta de que se había dejado la cartera en casa (además de un par de cosas más) y dimos media vuelta. Al final empezamos el viaje en torno a la una y media largas. Pero ya estábamos en marcha.
La primera parte del viaje nos llevaba hacia una cadena de colinas que empezaban a surgir poco a poco desde las afueras de Zagreb. La autopista atraviesa una llanura semejante a la meseta, pero muchísimo más verde. Desde la carretera se ven bastantes pueblos y casas, y la pregunta inevitable acabó por surgir en el coche. ¿Qué zonas del país quedaron realmente afectadas por la guerra? Durante un buen rato la conversación tomó un cariz un tanto... no diré tenso, pero sí bastante más serio (Esad, a fin de cuentas, participó en el conflicto), pero tampoco duró demasiado.
El trayecto nos llevó hasta los pies de la cordillera que separa la llanura central de la costa, y llegados a este punto decidimos parar a comer en una estación de servicio, que ya había hambre. Las montañas actúan casi como un punto de anclaje de las nubes y, a pesar de que no son los picos no son lo suficientemente altos como para que las nubes choquen contra ellos y se encuentren una barrera física, sí que generan la suficiente diferencia de presión como para que no sigan avanzando.
Atravesamos, después de comer, el segundo túnel más largo de Europa (seis kilómetros y pico... hay que reconocer que impresiona) y al salir nos encontramos con que la temperatura había aumentado unos 10 grados, que soplaba el Bura (un viento muy traicionero con rachas realmente fuertes y que nos obligó a levantar el pie del acelerador) y con un paisaje puramente mediterráneo ya. Adiós a las llanuras verdes, a los árboles altos y demás y hola a un terreno más pedregoso, arisco, con arbustos, pinos, árboles bajos. Semejante al de algunas partes de Mallorca o de la costa catalana, para que nos hagamos una idea.
Y adiós también a la autopista una vez llegamos a Split, claro. Nos esperaban cerca de setenta kilómetros de estrecha carretera costera que, por lo menos, nos permitió ver algunos pueblos realmente pintorescos. Total, que llegamos al hotel (a unos 4 km de Makarska) con el tiempo justo de dejar las maletas, largarnos a devolver el coche de alquiler y llegar a la inauguración del Salón del Cómic de Makarska, uno de los pocos que hay en Croacia y que celebraba este año su segunda edición.
Esad me lo había descrito como 'el Avilés croata' y no le faltaba razón. Por lo que pude ver en los días que estuve allí, el espíritu era bastante semejante. Autores y aficionados se mezclaban y confundían, cierto, pero también es verdad que a veces era incluso difícil saber quién era autor y quién aficionado. Quiero decir que no es que la industria del tebeo croata sea muy boyante, por lo que pude ver, y cuesta saber quién se dedica profesionalmente a esto de las viñetas y quién no. Makarska es el segundo salón más importante de Croacia, va por su segunda edición y era imposible prácticamente encontrar material autóctono. Si querías comprar algo, sólo encontrabas tebeos extranjeros traducidos (entre ellos, por cierto, los últimos álbumes de Sergio Bleda para Francia o buena parte de la obra de Bernet, por el que parecen sentir especial debilidad... sobre todo un serbio -sí, serbios y croatas se habrán pegado hasta en el cielo de la boca durante años, pero si de cómics se trata, las nacionalidades les dan igual... como tiene que ser- que me ofreció dinero por conseguirle un dibujo del autor catalán).
Vamos, que los frikis somos frikis en cualquier parte del mundo. Está claro. Y si no os lo creéis, aquí van unas cuantas fotos (sacadas con el móvil, eso sí, así que disculpad la calidad) que lo prueban.
Para acabar de concretar las similitudes con Avilés, nos fuimos todos juntos a cenar. Y ya que la especialidad local era el pescado, eso es lo que pedí. Una dorada al horno que no estaba mal pero tampoco era como para echar cohetes, la verdad. Después de cenar, de marcha, y a eso de las tres y pico de la madrugada tres de nosotros emprendimos el camino de vuelta. El día había sido bastante agradable, pero la noche... la noche fue otro cantar. Se desató una tormenta primaveral de esas de mucho viento y lluvia, de rachas de aire que cambian de dirección y te empapan completamente. Y yo, previsor, con pantalones de estos tipo pirata, los que te dejan un tercio de la pierna al aire. Y ni un solo coche en la parada de taxis. Argh. Después de media hora de espera (ya os digo que el hotel estaba como a 4 km del centro) tuvimos la suerte de que pasó en coche el director del festival, y nos llevó al hotel. No veáis las ganas con las que pillé la cama aquella noche...
23.5.07
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5 comentarios:
Me gusta esa denominación de "el avilés croata", que ya había oído en alguna otra ocasión cambiando el "croata" por otras denominaciones de origen, jeje. Es para sentirse orgulloso.
De todos modos, como el Avilés asturiano, nada de nada, :P
"Esad, a fin de cuentas, participó en el conflicto".
Yo no quiero ponerme especialmente serio.
Normalmente siempre ves ciertos conflictos no se como decirlo quizas "lejanos" hasta que te cuentan casos particulares,eso de el estuvo alli y es cuando mas te asustan.
Jorge
Y lo mejor del caso es que la descripción es de Esad. No mía. Y no, como el asturiano no hay nada. Quien lo dude es que no ha venido nunca...
Zeke
No es cuestión de ponerse especialmente serio. Es que es lo que hay, es verdad que ese tipo de testimonios, conocer a gente como Esad no sólo te acerca la realidad del conflicto sino que, después de ver las ganas de vivir que tiene y cómo se comporta, aprendes a poner un poquito más las cosas en perspectiva
¿Y cual es el Aviles asturiano?
Por cierto Diego, ¿no habras impedido a algún friky pedir una firma? Ya sabes que luego se cabrean y hacen cosas.
Chuslebra
Si no sabes a estas alturas cuál es el Avilés asturiano... es que va a ser verdad lo que dicen de ti.
Y sí, por supuesto que impedí a un friki obtener una firma. Pero como el blog paralelo lo hará en croata, me da igual...
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