26.1.07

Diamantes Sangrientos


África y sus alrededores están de moda en Hollywood. En los últimos años se prodigan cada vez más películas sobre la situación del Continente Negro (y la Península Arábiga y Oriente Medio) y, con mayor o menor acierto, casi todas se centran en las diversas guerras civiles y crisis humanitarias (encubiertas o declaradas) que allí se viven. Desde Hotel Rwanda hasta estos Diamantes Sangrientos, pasando por El Jardinero Fiel e incluso Syriana (aunque ésta tenga más que ver con la Península Arábiga), en todas hay una serie de rasgos comunes que se integran bien en una historia de Davides contra Goliaths, de pequeños perdedores que consideran sobrevivir una gran victoria. Y el caso es que ninguna de esas cuatro películas (seguro que hay más, pero estas son las cuatro que me vienen ahora a la cabeza, un póker ganador) me decepcionó, ni mucho menos. De hecho me gustaron mucho las cuatro.
Todas ellas plantean la responsabilidad del mundo Occidental en la situación Africana (y de sus alrededores), y señalan como grandes culpables en muchos casos a las grandes empresas capitalsitas y/o a los gobiernos occidentales (y por lo menos en un par de casos atribuyen buena parte de la responsabilidad a los belgas, que la verdad hicieron unas barrabasadas impresionantes, sobre todo el rey Leopoldo II en el Congo). Pero sin pecar de maniqueísmos baratos sino argumentando el por qué de las críticas. Y eso, como mínimo, merece mi respeto.
En el caso de Diamantes Sangrientos, la excusa argumental son las piedras preciosas del título (igual que en Syriana fue el petróleo o en El Jardinero Fiel las prácticas dudosas de las grandes empresas farmacéuticas), y el tono es más de aventuras, probablemente, que en cualquiera de los otros tres largos mencionados hasta ahora. A raíz de la llegada de un grupo de insurgentes del R.U.F. a un pueblo de Sierra Leona se ponen en marcha una serie de acontecimientos que involucran a personajes de muy distinta catadura pero con motivaciones perfectamente creíbles y bien construidos: desde el pescador que quiere recuperar a su familia (Djimon Honsou) y que, en el proceso, encuentra un diamante enorme hasta el contrabandista que quiere hacerse con ese diamante (Leonardo DiCaprio) o la periodista que se encuentra metida casi de casualidad en todo el fregado (bueno, más o menos, que el personaje de Jennifer Connelly sabe muy bien lo que se hace en toda la película... por cierto, que vuelve a estar guapísima. Esta mujer es una debilidad personal desde Dentro del Laberinto, y sale tan fea en las entregas de premios como guapa en casi todas sus películas).
La trama es bastante sólida, la película tiene el tono de una de acción o aventuras al estilo de las de la saga de Bourne, por ejemplo, con un tono bastante realista, muy bien rodada y sin que la acción deje de avanzar en ningún momento. Los personajes evolucionan en función de lo que les va ocurriendo, se insinúan las connotaciones de la situación en que se encuentran determinados países africanos, y el por qué de esas situaciones (aunque sin adentrarse en complejidades como las de Syriana, ni mucho menos, y quizás de forma un poco superficial en ocasiones). Casi dos horas y media de película que pasaron volando y que me gustaron bastante. Tiene prácticamente todo lo que le pido a una película (sin llegar a ser, desde luego, una obra maestra): una historia bien contada, un guión sólido y personajes con los que puedes establecer algún tipo de conexión.
Lo único que me llama la atención es que la candidatura al Óscar le llegue a DiCaprio por esta cinta y no por Los Infiltrados. David Archer, su personaje en Diamantes, es bastante hijoputa, la verdad, mientras que el de la obra de Scorsese no, pero bueno. No es más que una apreciación. Yo soy de los que siguen pensando que tendrían que haberle nominado por Atrapa a un Ladrón en su momento...

2 comentarios:

Jorge Iván Argiz dijo...

Hoy ya sí..... ACTUALIZAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA

Diego dijo...

Ya vaaaaaaaa... pesao, cualquiera diría que te gusta el blog y todo ;)