31.5.07

Documental sobre Ditko en la BBC

A poco que hayáis visto alguna vez la televisión británica en los últimos quince o veinte años, es muy posible que os suene la cara de este señor.



De no sonaros, bueno, pues tampoco pasa nada. Para eso estamos. Se trata de Jonathan Ross, uno de los personajes más populares de la radio y la televisión del Reino Unido. Un tipo que ha sido capaz de convertirse casi en omnipresente a pesar de tener un claro defecto de pronunciación que hace que sus 'r' suenen como 'w', y a pesar también de tener un sentido del gusto, a la hora de vestirse, cuando menos... peculiar.

Este hombre, como digo, fue el primero en hablar de Jackie Chan o Sam Raimi en un programa de televisión inglés (hace más de 20 años de esto), lleva no sé ni cuántas temporadas con un programa de crítica cinematográfica cada viernes que marca tendencias en su pais, y presenta los Óscars para la BBC desde hace ya unas cuantas ediciones. Y además de todo lo dicho, es un friki de tomo y lomo. Tanto como para llamar a uno de sus hijos Harvey Kirby, en honor de Kurtzmann y Jack 'The King'.

Y toda esta presentación a cuento de qué, puede que os preguntéis, si el título de la entrada es 'Documental...'. Muy sencillo, a cuento de que el bueno de Ross se plantó hace un par de meses en el estudio de Steve Ditko (el creador de Spider-Man) en Nueva York y, aunque no consiguió que el dibujante accediese a concederle una entrevista (lleva años retirado del mundanal ruido y no quiere saber nada -o casi- de su creación más famosa), sí que reunió material que, al parecer, incluirá en un futuro documental de la BBC sobre el autor de cómics. Tenéis más detalles sobre el proyecto (en inglés) aquí. Pero yo ya le tengo ganas...

29.5.07

Fotos Sueltas

Sí, son fotos de Croacia. Fotos que me quedaron colgadas por ahí (entre los cientos que saqué) y que me apetece colgar de todas formas. Así que ahí las tenéis.

La primera, sacada en la plaza central, de un horno portátil. De lo más curioso, la verdad. Y supongo que tradicional. Ah, y el pan sale bien cocido de dentro...



El póster promocional de Spider-Man 3 en un cine de Zagreb. Perdón, el póster de Cojvek Pauk 3...



Este hombre es, para mí, uno de los verdaderos padres del siglo XX. Descubridor de la corriente alterna, enemigo irreconciliable de Edison, visionario y un poco chalado, Nikola Tesla es un tipo cuya biografía merece la pena descubrir...



Uno de los muchísimos graffitis que decoran buena parte de los muros de la capital croata. Y no os creáis que es un ejemplo extraordinario... son casi todos de la misma calidad o superior...



Y un ejemplo de las estatuas que adornan los tejados de muchos de los edificios oficiales construidos durante el régimen de Tito. Este ejemplo concreto a mí me hace pensar en el Búho Nocturno de Watchmen...

27.5.07

Serie de animación del Dr. Extraño

Fin de semana de animación tenemos, al parecer. Y de la mejor serie de humor de los últimos 25 años pasamos a un ejemplo clásico de los superhéroes Marvel. En este caso uno que, personalmente, nunca me dijo ni fu ni fa. Es el clásico personaje que tiene muchísimo potencial pero, a la hora de la verdad, se queda en eso. Como casi todos los que tienen que ver con la magia en el Universo Marvel, por otra parte. Curioso. En DC parece que sí tienen más cabida magos y hechiceras varias, pero en Marvel... en fin, que ya estoy divagando.

Hoy traigo un extracto de siete minutos de lo que parece podría ser una nueva serie de animación del Dr. Extraño. Lo cierto es que, a pesar de esa especie de Dr. Extraño Corps que aparecen danzando por ahí, tiene hasta buena pinta y todo. Veremos si prospera.


26.5.07

Corto de animación de Calvin&Hobbes

Ésta es una de esas entradas que, lo reconozco, me crean sentimientos un poco enfrentados. Por una parte respeto y admiro la decisión de Bill Watterson de no vender los derechos de sus personajes. Es un gesto de coherencia e integridad que le honra. Y por otra parte el friki que llevo dentro a veces toma el control y dice que sí, que vale, que está muy bien, pero que hace más de diez años que se interrumpió la publicación de Calvin y Hobbes y... y quiero más. Aunque sea en italiano. En este caso concreto tengo menos remordimientos (la otra vez que los tuve con Calvin y Hobbes fue al comprar una camiseta pirata... aunque de eso hace más de diez años también) porque al parecer se trata de un proyecto de fin de curso de un alumno de una escuela de animación italiana. Es decir, que no tiene afán de lucro.



Sé que a Calvin mis reflexiones le molestarían nada y menos. De hecho no creo ni que se plantease esas dudas... qué fácil lo tienen a veces los personajes de tinta y papel.

25.5.07

Croacia 5

El sábado fue lo que tenía que ser. Un día de relax total y absoluto. No podía ser de otra manera, de verdad, no si te levantas por la mañana y lo que ves desde la habitación del hotel es esto



Bueno, eso es lo que se veía si echábamos la vista al frente. Si mirábamos hacia abajo, veíamos esto



Y en esa piscina estuvimos haciendo tiempo hasta que fue bajando, poco a poco y en muy distinto estado de forma, todo el mundo. Por cierto, que os aseguro que pocos espectáculos más apabullantes he visto en mi vida que Esad haciendo una 'bomba' para tirarse al agua. Salpicó hasta el bar del hotel...

Cuando por fin nos decidimos a bajar a la playa, todos se preocuparon por advertirme de que el agua estaba helada, que no era normal a estas alturas del año, que menuda pena que no pudiese disfrutar del Adriático (la parte del Mediterráneo, por cierto, con el agua a mayor temperatura). Un chasco, vamos. Hasta que me dio por acercarme a la orilla. Yo entiendo que, para alguien acostumbrado al Mediterráneo, el agua pudiera parecer fría, pero, coño, que yo me he bañado desde pequeño en la costa gallega, en playas que dan al Atlántico y que, aunque son preciosas, en ocasiones hacen que salgas de color azul incluso en pleno mes de agosto. La playa de Makarska era casi como una bañera. Y, ante la incredulidad de los locales, me tiré de cabeza a aquellas aguas transparentes. Menuda gozada.

La siguiente sorpresa, después de la de la temperatura del agua, fue el grado de salinidad. Casi no costaba esfuerzo alguno hacer 'el muerto'. La concentración de sal es tan elevada que prácticamente te empuja hacia arriba. Buf. Las dos de la tarde, un sol suave, los ojos cerrados, los brazos extendidos, la punta de los dedos de los pies sobresaliendo en la superficie, el agua en los oídos, aislándome del mundo... el paraíso.



Y después de una mañanita en la playa, qué mejor que un pescado a la plancha junto al mar. Ñam. La mejor lubina que he comido en muchísimo tiempo. Si alguna vez vais por Makarska (nunca se sabe) tenéis que ir al Restaurante Victoria y probar la lubina. Ya me lo agradeceréis...



Por cierto, que toda esta zona de la costa está perfectamente resguardada por las montañas a su espalda y una cadena de islas al frente. Es como una franja de agua azul y muy salada en la que casi no se ven olas, ni movimiento. Calma chicha. Vale que la falta de viento y olas implica que tampoco hay mucha erosión y más que arena te encuentras con auténticos guijarros, pero bueno. Acercarte a un pantalán, darte la vuelta y ver una cordillera que casi parece que avance hacia ti impresiona mucho



El resto de la tarde lo pasamos de terraza en terraza, charlando, buscando rakia de la buena (¡la encontré! Sí, sí, de la que tiene la pera dentro de la botella), haciendo bromas, una visita rápida al salón para la charla de Matt y Giulia... Dejé la maleta hecha al salir del hotel, y después de cenar nos fuimos al mismo garito de la noche anterior, aunque no lo parecía. De la tormenta del viernes por la noche a una cálida brisa el sábado, con proyección de imágenes en una pared en la calle, música croata, unas cuantas copas, Esad y Mish (creo que se escribe así el nombre) llamándose 'Comandante' (en castellano en el original) el uno al otro... malditas las ganas que tenía de largarme.



Pero había quedado a las cuatro de la madrugada con el taxista que tenía que llevarme a Split. En un principio Esad me había asegurado que habría alguien de organización para acercarme al aeropuerto, pero yo tenía claro que iría en taxi. Como es lógico. Así que reservé uno para las cuatro de la madrugada, como os digo, y me despedí de mis compañeros de viaje de los últimos cinco días. Maldita sea, cinco días nada más pero anda que no me costó marcharme. Eso es lo bueno de los viajes. Descubrir cosas nuevas aunque suenen a conocidas, verte en situaciones diferentes, conocer otras culturas (y gastronomías, y bebidas, y...) Por eso me gusta viajar.

Esas eran mis reflexiones de madrugada durante el trayecto en taxi (mientras charlaba en alemán con el taxista...). Y las del vuelo de vuelta de Split a Zagreb y de Zagreb a la supuesta capital de Europa...

23.5.07

Croacia 4

La mañana siguiente empezó como os podéis imaginar. Bueno, no, no tanto, malpensados. Quiero decir, que no teníamos tanta resaca ni nada, pero sí bastante cansancio. La falta de sueño es lo que tiene. Matt y Nara fueron a buscar el coche de alquiler (un monovolumen de esos de siete plazas en realidad) mientras yo ordenaba un poco el piso y eso, y en torno a mediodía salimos a buscar a Esad y compañía. Obviamente el ritmo era un poco lento esa mañana, y se notaba.

No hizo falta casi ni decir que lo de la excursión se fue al garete antes siquiera de empezar el viaje. Así que paramos en un súper para hacer acopio de líquidos y nos pusimos en marcha... hasta que, al salir de Zagreb, Matt se dio cuenta de que se había dejado la cartera en casa (además de un par de cosas más) y dimos media vuelta. Al final empezamos el viaje en torno a la una y media largas. Pero ya estábamos en marcha.

La primera parte del viaje nos llevaba hacia una cadena de colinas que empezaban a surgir poco a poco desde las afueras de Zagreb. La autopista atraviesa una llanura semejante a la meseta, pero muchísimo más verde. Desde la carretera se ven bastantes pueblos y casas, y la pregunta inevitable acabó por surgir en el coche. ¿Qué zonas del país quedaron realmente afectadas por la guerra? Durante un buen rato la conversación tomó un cariz un tanto... no diré tenso, pero sí bastante más serio (Esad, a fin de cuentas, participó en el conflicto), pero tampoco duró demasiado.

El trayecto nos llevó hasta los pies de la cordillera que separa la llanura central de la costa, y llegados a este punto decidimos parar a comer en una estación de servicio, que ya había hambre. Las montañas actúan casi como un punto de anclaje de las nubes y, a pesar de que no son los picos no son lo suficientemente altos como para que las nubes choquen contra ellos y se encuentren una barrera física, sí que generan la suficiente diferencia de presión como para que no sigan avanzando.

Atravesamos, después de comer, el segundo túnel más largo de Europa (seis kilómetros y pico... hay que reconocer que impresiona) y al salir nos encontramos con que la temperatura había aumentado unos 10 grados, que soplaba el Bura (un viento muy traicionero con rachas realmente fuertes y que nos obligó a levantar el pie del acelerador) y con un paisaje puramente mediterráneo ya. Adiós a las llanuras verdes, a los árboles altos y demás y hola a un terreno más pedregoso, arisco, con arbustos, pinos, árboles bajos. Semejante al de algunas partes de Mallorca o de la costa catalana, para que nos hagamos una idea.

Y adiós también a la autopista una vez llegamos a Split, claro. Nos esperaban cerca de setenta kilómetros de estrecha carretera costera que, por lo menos, nos permitió ver algunos pueblos realmente pintorescos. Total, que llegamos al hotel (a unos 4 km de Makarska) con el tiempo justo de dejar las maletas, largarnos a devolver el coche de alquiler y llegar a la inauguración del Salón del Cómic de Makarska, uno de los pocos que hay en Croacia y que celebraba este año su segunda edición.

Esad me lo había descrito como 'el Avilés croata' y no le faltaba razón. Por lo que pude ver en los días que estuve allí, el espíritu era bastante semejante. Autores y aficionados se mezclaban y confundían, cierto, pero también es verdad que a veces era incluso difícil saber quién era autor y quién aficionado. Quiero decir que no es que la industria del tebeo croata sea muy boyante, por lo que pude ver, y cuesta saber quién se dedica profesionalmente a esto de las viñetas y quién no. Makarska es el segundo salón más importante de Croacia, va por su segunda edición y era imposible prácticamente encontrar material autóctono. Si querías comprar algo, sólo encontrabas tebeos extranjeros traducidos (entre ellos, por cierto, los últimos álbumes de Sergio Bleda para Francia o buena parte de la obra de Bernet, por el que parecen sentir especial debilidad... sobre todo un serbio -sí, serbios y croatas se habrán pegado hasta en el cielo de la boca durante años, pero si de cómics se trata, las nacionalidades les dan igual... como tiene que ser- que me ofreció dinero por conseguirle un dibujo del autor catalán).

Vamos, que los frikis somos frikis en cualquier parte del mundo. Está claro. Y si no os lo creéis, aquí van unas cuantas fotos (sacadas con el móvil, eso sí, así que disculpad la calidad) que lo prueban.







Para acabar de concretar las similitudes con Avilés, nos fuimos todos juntos a cenar. Y ya que la especialidad local era el pescado, eso es lo que pedí. Una dorada al horno que no estaba mal pero tampoco era como para echar cohetes, la verdad. Después de cenar, de marcha, y a eso de las tres y pico de la madrugada tres de nosotros emprendimos el camino de vuelta. El día había sido bastante agradable, pero la noche... la noche fue otro cantar. Se desató una tormenta primaveral de esas de mucho viento y lluvia, de rachas de aire que cambian de dirección y te empapan completamente. Y yo, previsor, con pantalones de estos tipo pirata, los que te dejan un tercio de la pierna al aire. Y ni un solo coche en la parada de taxis. Argh. Después de media hora de espera (ya os digo que el hotel estaba como a 4 km del centro) tuvimos la suerte de que pasó en coche el director del festival, y nos llevó al hotel. No veáis las ganas con las que pillé la cama aquella noche...

22.5.07

Croacia 3

Vale, lo del día a día no salió bien. Qué le vamos a hacer. Así que estoy ya de vuelta en Bruselas, dispuesto a rememorar con una entrada cada uno de los días pasados en Croacia. El jueves empezó con mucha calma. Relajado, la verdad (sobre todo considerando las horas a las que nos acostamos el miércoles, pero bueno) charlando con Matt y Nara, viendo cómo trabajaba Hollingsworth (merece la pena... nunca me había dado cuenta del curro que supone colorear una página, ni era consciente de que en realidad son los coloristas los que tienen que jugar con los efectos de sonido, onomatopeyas y demás), escuchando música de gitanos de los balcanes... que curiosamente nos interesaba sobre todo al norteamericano y al gallego, pero dejaba fría a la croata. Una mañana sin prisas, vamos.

Así que no volví al centro de Zagreb hasta poco después del mediodía. Me había recorrido ya buena parte del centro durante la jornada anterior, pero me apetecía volver y acabar de ver la zona del casco antiguo y sacar fotos de algunos de los sitios que más me habían llamado la atención (breve inciso, tras lo que algunos conocen como el incidente de Spa, mi pobre cámara ha decidido fenecer tras más de tres años de fieles servicios. Descanse en paz).

Decidí acercarme al centro en tren y no en tranvía y autobús, y me sorprendió el aspecto de la estación central de Zagreb. No por nada sino porque, de nuevo, no me imaginaba así la principal estación de ferrocarril de una capital europea.



Nada más salir y recorrer un par de cientos de metros me di cuenta de que, a diferencia del día anterior, ya tenía puntos de referencia. Que no digo que conociese ya el centro a la perfección, ni mucho menos, pero sí que, por lo menos en aquella zona, sabía ya orientarme y hacia dónde ir. Y eso nunca está de más.

Así que me dirigí de nuevo hacia la calle de Nikola Tesla (el tipo que descubrió la corriente alterna y el motor de inducción, allá por finales del siglo XIX) y de allí a la plaza de las flores. Luego giro a la derecha y de nuevo a la plaza central, la del centro de información turística. Callejeo un rato hasta llegar al mercado y me paso allí un buen rato. Es un mercado de los de verdad, de los de toda la vida, con sus puestos de alimentos varios, de ropa... y se celebra cada día hasta eso de las dos de la tarde. Me senté un rato en una terraza desde la que se dominaba toda el mercadillo y me entretuve viendo a croatas varios realizar sus compras.



Por cierto, que las terrazas en Zagreb molan. Nada de sillas chungas de metal, de las que te encuentras por toda Europa. No. Se gastan unos pedazo sillones y butacas de lo más cómodo. Como si el objetivo no fuese que el cliente se largue lo antes posible, sino que se quede y consuma mucho.



Había quedado para comer (tarde) con Esad, así que iba siendo hora de ponerme las pilas si quería ver algo más de la ciudad. Volví a recorrer algunas de las callejuelas que ya conocía, paseé junto a la catedral y me decidí a subir, por fin, a lo alto de la colina de Gradec, la que acogía al poder civil... y aún lo acoge, porque alberga buena parte de las instituciones del gobierno croata. Para llegar a esa colina hay que pasar por la puerta medieval de la ciudad, al lado de la que está la otra estatua de San Jorge. (Por cierto, que ahí las tenéis las dos... la de primera es la de la Plaza del Mariscal Tito y la segunda, con las flores rojas como si fueran la sangre del dragón, es la de la puerta medieval).





Me llevé una sorpresa al pasar la puerta (es más bien un arco medieval, un espacio bastante más amplio de lo que parece a primera vista... como la entrada a un castillo, que es, poco más o menos, lo que era) porque hay una hornacina y varios bancos... y un montón de gente rezando en ellos. Al parecer hubo un incendio en esa zona hace varios siglos y sólo sobrevivió un cuadro de la virgen con el niño en brazos. Y allí sigue expuesto para que recen sus fieles.

En lo alto de la puerta hay una especie de pararrayos para atrapar a las brujas que quisieran volar por encima y entrar así en la ciudad para sembrar el mal. Me encantan este tipo de tradiciones.

El caso es que subí a lo alto de la colina, visité la iglesia de San Marcos, un par de edificios... bla, bla, bla. Lo que puedes ver en cualquier guía. Y, eso sí, me encontré con una torre desde la que se dominaba prácticamente toda la ciudad. Así que arriba me fui, a sacar esta serie de fotos...







Entre una cosa y otra me habían dado algo más de las tres y media de la tarde (hora a la que había quedado en hablar con Esad, que estaba en su estudio trabajando en las últimas páginas del proyecto de Estela Plateada -con guiones de Straczynski- en el que está trabajando) así que le pegué un toque a Ribic y fui hasta su estudio, a unos cuarenta minutos del centro de Zagreb y en una zona de reciente construcción.

Total, que llegué como a las cuatro, estuve visitando el estudio (donde estaba trabajando también Giulia Brusco), me hice por fin con el original que le había comprado a Ribic (y que ya colgaré aquí otro día) y saqué unas cuantas fotos para poder presentaros el lugar de trabajo del bueno de Esad... en una futura entrada. Y luego, cuando por fin Ribic decidió colgar los pinceles durante un rato, nos fuimos a comer.

Me llevó a un club hípico en medio de un bosque a unos diez minutos de su casa. Rodeado de árboles, metido en mitad de la colinas, en una terraza sobre un circuito en el que varias amazonas cabalgaban a lomos de briosos corceles, lo cierto es que me sentía el rey del mundo. Aunque igual tenía algo que ver en esa sensación el Medovaca (una especie de licor de miel nada empalagoso pero sí muy... divertido) que estábamos bebiendo. La comida, tardía, fue pantagruélica, y no nos levantamos de la mesa hasta las siete y media de la tarde. Aaahhh. Reconforta sólo acordarse.



Volvimos al estudio, recogimos a Giulia y salimos de vuelta hacia casa de Matt. El plan original era tomar algo en el Raffaello otra vez y retirarnos relativamente temprano, que al día siguiente nos esperaban 600 km en coche hasta Makarska y no queríamos que se nos echara el tiempo encima. Pretendíamos parar en un parque natural a comer, tomárnoslo con calma y llegar a nuestro destino sin prisas pero sin pausas.

Y ahora es cuando llega lo de 'El hombre propone y Dios dispone'. Resulta que Esad y yo nos habíamos entonado en la comida, y Matt decidió unírsenos. Y entre cerveza y cerveza y rakia y rakia empezaron a llegar varios amigos, conocidos y demás de ambos. Y también se nos unían. Y cuanta más gente se nos unía, más nos animábamos. Y cuanto más nos animábamos, más gente se nos unía...

Total, que cuando cerraron el bar ya nadie se acordaba de nuestros buenos propósitos y sí de que había una tienda abierta donde podíamos comprar un par de botellas. Y Matt dijo que no había problema por ir a beberlas a su casa y...

21.5.07

Croacia 2

Bueno, bueno, bueno, pues ya estamos en Zagreb. Y ayer volvió a quedar claro que es mejor no escribir las entradas en la bitácora justo al llegar de tomar un par de birras... o tres. El caso es que después de un viaje accidentadillo, fue todo un alivio aterrizar en suelo croata. Y llevarme la sorpresa del control de pasaportes. En esta Europa de libre circulación, tratado de Schengen y demás, no me esperaba un control de pasaportes, la verdad. El aeropuerto en sí mismo está relativamente lejos de la ciudad y es muy, muy pequeño. A ver qué me encuentro en Split, que es desde donde volaré de vuelta el domingo...

Estos días los pasaré sobre todo con Esad Ribic (dibujante croata y buen amigo, que es quien me invito a venir a Croacia), Matt Hollingsworth (colorista de casi todo lo que se os pueda ocurrir a lo largo de los últimos quince años y catador profesional de cerveza... y no va de coña) Nara (ilustradora croata y novia de Hollingsworth) y Giulia Brusco (colorista ella también). Ribic y Hollingsworth viven relativamente cerca el uno del otro, en dos barrios obreros de las afueras de Zagreb que no hubiese conocido en la vida de no ser por ellos (Gajnice y Zapresic, por si a alguien le interesa). Nada de circuito turístico esta vez. Lo primero que hicimos al llegar fue ir al Raffaello (sí, el nombre no suena demasiado croata), su bar habitual, a encontrarnos con algunos de sus amigos. Hollingsworth y yo éramos los únicos extranjeros en el local, un bar de barrio en el que la gente entra como si estuviera en el salón de su casa. De hecho Ribic acabó pidiendo un par de pizzas por teléfono, nos las trajeron al bar y allí nos las comimos todos tan contentos. Como en el salón de casa, ya os digo.



La mayoría de los edificios son de unos ocho o diez pisos de altura en esta zona, pero no están apelotonados. En absoluto. Hay bloques de dos o tres edificios juntos y luego grandes extensiones de césped, parques, prados... llamadlo como queráis, pero supongo que os hacéis una idea. Vida de barrio pero con espacio suficiente como para moverse sin problemas, como para sentarte en la terraza de un bar y ver pasar a la gente, a los conocidos de siempre. Arquitectura social que la llamaban en tiempos de Tito & cía.

Pero lo cierto es que dio lugar a barrios en los que realmente se puede vivir, con locales concebidos para bares y restaurantes, para supermercados, para centros culturales, para clínicas... en los bajos de los edificios. Y con muchísimo verde, con espacios amplios pero sin demasiado trafico. Vale que los edificios son feos en muchas ocasiones pero, a diferencia de lo que pasa hoy en día buena parte de Europa, por lo menos había un principio que impulsaba el desarrollo de la ciudad.



Nara, la novia de Matt, tiene que ir al centro al dia siguiente (estoy escribiendo esto a ratos sueltos y la continuidad temporal puede resentirse un poco... me refiero al 16 de mayo por la mañana) y se ofrece a acompañarme un rato de paseo por la ciudad. Genial. Salimos tarde de su casa (cerca de mediodía después de una mañana tranquila y de charla). Cogemos el bus hasta un mercadillo bastante amplio al lado de una fabrica abandonada que daría para unos cuantos lofts y que, como no, esta rodeada de muchísimos arboles. Voy empezando a hacerme una primera idea de los alrededores de la ciudad. Zagreb está rodeada por una pequeña cadena de colinas altas o montañas bajas (vosotros escogéis) que la rodean y medio encajonan, pero sin llegar a estrangularla.

Al lado del mercadillo está la parada del tranvía, uno de los muchos que recorren la avenida Illica, una de las principales arterias que llevan al centro de la ciudad. La calle me parece preciosa. Es amplia, aireada, y de finales del siglo XIX. Toda entera. Los edificios son bastante bonitos y están un tanto decrépitos. Y eso los hace aun mas atractivos. Son como esos zapatos buenos y viejos, que están un poco hechos polvo pero que te sigues poniendo casi sin pensar. Esta claro que me gusta la ciudad y eso casi no he visto nada. Soy publico fácil.



Hace buen día y nos bajamos varias paradas antes de lo que nos corresponde. Ambos tenemos ganas de pasear, y a eso nos dedicamos hasta llegar a un restaurante que se llama Gostionica Tip-Top... luego me entero de que Gostionica quiere decir algo así como taberna, pero bueno. Es un local con especialidades de Dalmacia que, al parecer, era muy popular entre los poetas y bohemios de hace treinta y cuarenta anos. Y, según me cuenta Nara, con muy buena cocina. Bien. Tengo ganas de empezar a probar las especialidades de la zona.

Empezamos con unas anchoas que están de vicio, unas aceitunas con queso (saben muy distintas, por cierto, de cualquier otra aceituna que haya podido probar) y luego me decanto por una Pasticada, que es un guiso de ternera en vino de Dalmacia acompañado de una especie de gnocchis que están de vicio y que se empapan de la salsa. Ñam.

Al acabar de comer acompaño a Nara a hacer un recado en la editorial para la que trabaja como ilustradora y nos vamos acercando más y más al centro histórico. No se ven turistas apenas. No se oye casi mas que croata. No hay gente paseando por ahí con un mapa en la mano, ni con camaras colgando del cuello, ni con gorras horteras, ni gritándole a la parienta... pocas veces me había pasado algo así. Además, no me entero de nada de lo que me dicen. Es una gozada. Acostumbrado a hablar con extranjeros en sus idiomas, a viajar a países cuya lengua conozco (por lo menos a lo largo de los dos últimos años) es una sensación distinta y muy, muy agradable la de estar medio perdido. La de no tener que estar prestando atención (aunque sea inconscientemente) a lo que me rodea... al menos no si no quiero. Tengo ganas de pasear, de perderme.

Nos acercamos a la plaza de Jelacic, el centro del casco histórico de la ciudad y donde se encuentra el Centro de Información Turistica. Me dan un plano y una pequeña guía en castellano. Nara (que ha venido guiándome hasta ahora por la Plaza de las Flores, la calle de Nikola Tesla y un par de sitios más) me propone tomar un café antes de que se vuelva a casa y nos sentamos en una terraza de lo mas agradable. En la mesa de al lado esta sentada la pareja a la que los de Croatian Airlines enviaron vía Munich. Sí que es pequeño el mundo, si. Nos saludamos y les explico el resto de mi viaje. Ellos me dicen que no llegaron hasta las once y media de la noche. Va a ser que hasta tuve suerte al final...

Nara se va y yo me pongo a pasear tras haberle echado una ojeada superficial al mapa y a la guía. No tengo ganas de seguir un recorrido preestablecido. Ni de ponerme a sacar fotos como un loco. Estoy disfrutando mucho del viaje, de la sensación de descubrir algo nuevo, y no quiero empezar a mirar a un folleto y perderme lo que ocurre alrededor.

Me encuentro en mis vagabundeos con dos estatuas de San Jorge matando al dragón... aunque no es santo patrón de Croacia ni nada. Curioso. Y más curioso aún ver que una de ellas esta en la Plaza del Mariscal Tito. No sé por qué, pero no me esperaba que le hubiesen dedicado una plaza, la verdad. Prejuicios míos, supongo, pero pensaba que lo tendrían en bastante más baja estima.



Llego también a la calle del Puente Sangriento. Zagreb nació como dos ciudades distintas, una en cada una de las dos colinas enfrentadas en las que se asentaron la Iglesia y el Poder Civil. Dos ciudades separadas por unos pocos metros y por concepciones totalmente opuestas del mundo y de la organización social. Y que resolvían sus diferencias a golpes sobre el puente que cruzaba el arroyo (ya seco) que las separaba. De casta le viene al galgo...

Hay un montón de terrazas en esta zona. Todas bastante llenas, pero no se ve a nadie con guías, ni farfullando el idioma ni criticando, en una lengua extranjera, a los autóctonos. Luego me entero de que es bastante habitual que la gente se tome una larga pausa para el café mas o menos cuando les viene en gana. Avisan a los compañeros y se bajan a la calle. Me gusta esa filosofía.

Un poco más arriba está la puerta de entrada a la zona más antigua de la ciudad, pero no estoy de humor para subir hacia allí ahora. Así que me doy la vuelta y voy tirando hacia la zona nueva otra vez. Y ahí ya si que ni mirar mapas ni preguntar ni nada. A perderse de verdad. Pasé por el edificio de la Bolsa, por el Banco Nacional, por la Plaza de los Héroes contra el Fascismo, por delante de la delegación de la Comisión Europea en Zagreb (y me di la vuelta según la vi... que son mis vacaciones, coño, nada de trabajo). Claro que lo de tanto vagabundeo también tiene sus riesgos. En mi caso aparecer de repente ante la sede de los BBB (los Bad Blue Boys... los UltraSur del Dinamo de Zagreb) y ver cómo se acercan de frente cinco o seis rapados. Glubs. Afortunadamente al final no pasó nada.

Y así me dieron las nueve. La hora a la que había quedado con Esad, Matt, Nara, Giulia, Darko Macan (guionista croata y amiguete también) y alguna gente más para cenar. ¿El restaurante? Uno de los favoritos de Matt y Esad, el Vinodol. Que resultó ser también uno de los favoritos del Mariscal Tito (está claro que hoy era su día... al menos durante este viaje). Y mi cena una de esas ligeritas. Primero una sopa de setas varias... pero no una sopa servida en plato, sino dentro de una hogaza de pan. Deliciosa. De segundo Peka, un guiso local en el que la carne y las patatas se cuecen juntas durante horas y al final casi ni sabes cuál es cuál... Y de tercero Esad pidió una copita de rakia. Rakia es el equivalente croata al aguardiente, para entendernos, pero con variantes distintas y diferentes sabores.

En el Vinodol empezamos con rakia casera de pera. Básicamente lo que hacen es destilar el aguardiente y luego, cuando el peral empieza a estar en flor, meten la rama en la botella de licor (que reposa, obviamente, sobre un soporte) para que la fruta crezca dentro y se vaya impregnando del alcohol. El resultado es un aguardiente de frutas que está de vicio y que baja (o por lo menos bajó aquella noche) que da gusto. Pero ya habrá más comentarios sobre la rakia en futuras entradas...

La rakia desató las lenguas y las risas, y me entero así de que los BBB son grandes admiradores de Jana Kostelic, la esquiadora croata. Bueno, no exactamente. Resulta que hace un par de años más o menos el Dinamo de Zagreb perdió todo lo que podía perder y encima jugó fatal. Sus seguidores, mosqueados y acostumbrados a ganar títulos, decidieron que aquello no podía seguir así. Y empezaron a acudir a las pruebas de esquí a animar a Kostelic. Pero nada de animarla con pancartas ni nada, no. Iban con sus camisetas del Dinamo, sus cánticos y demás. Que aquello fuera una pista de esquí y no un estadio les daba igual. Se comportaron de igual manera en ambos recintos... tanto es así que, por primera vez en la historia, hubo violentas peleas en una pista de esquí. Veían a los seguidores de las demás esquiadoras como aficiones rivales, y las trataban como a las del resto de equipos. A palos. Llego incluso a haber una batalla campal en Eslovaquia, y desde entonces los BBB (repito, seguidores de un club de fútbol) tienen prohibido el acceso a todo tipo de pruebas de esquí. Genial.

Del Vinodol nos fuimos a un garito a los pies de la catedral en el que había conciertos y demás, y seguimos rakia va, rakia viene. Pero para qué aburriros con los detalles (que menuda entradita me está quedando ya...) Mañana trataré de seguir con el resto del viaje, que aún dio bastante más de sí.

16.5.07

Croacia 1

Quién me mandará meterme en estos berenjenales. Si es que en el fondo me lo tengo bien merecido. Sólo a mí se me ocurre anunciar que trataré de hacer un diario de viaje de estos días que voy a pasar en Croacia. Tendría que saber ya que cada vez que me pongo a (o que tengo intención de) contar algún desplazamiento en esta bitácora, pasa algo.
Pongámonos en antecedentes. El jueves 17 y el viernes 18 son fiesta en Bruselas (y en Santiago, y en otros muchos sitios… la Ascensión) así que, cuando hace un mes me surgió la posibilidad de bloquear dos días en el trabajo y largarme a Zagreb primero y a Markanska (una ciudad en la costa sur croata, a una hora de Split) después, ni me lo pensé.
Y por fin llega el día, hoy, de empezar el viaje. Me pasé la mañana haciendo recados varios, traduciendo un par de cosas, reenviando otras que ya estaban traducidas pero habían desaparecido, hasta que me llegó la hora de salir de casa. Y me dirigí a la parada del autobús para hacer el trayecto habitual. En transporte público hasta la Gare Centrale de Bruselas y desde allí en tren al aeropuerto.
Pese a lo que algunos puedan esperarse, esta primera parte del trayecto no planteó problemas, afortunadamente. Pero la llegada a la estación ya fue harina de otro costal. El tren Express al aeropuerto, que suele llegar puntual como un reloj, llegó hoy con casi un cuarto de hora de retraso. Que no es algo que me molestase demasiado porque, para variar, esta vez iba al aeropuerto con tiempo de sobra. Pero tampoco me hizo gracia lo de ver cómo se iba llenando el andén hasta llegar al punto de que realmente se hacía difícil moverse. Supongo que así es como se deben de sentir en el metro de Tokio cada día.
El caso es que llego al aeropuerto y voy a consultar el enorme panel informativo que acoge al viajero cuando entra en Zaventem. Y la segunda en la frente. El vuelo de Croatian Airlines a Zagreb está cancelado. Yupi. Cinco días de vacaciones y el primero parece definitivamente perdido. Genial.
Me dirijo al mostrador de venta de billetes de Croatian y me dicen que tranquilo, que el vuelo está cancelado por un problema técnico pero que ya llega otro avión en camino para recogernos. Vale. Me voy a hacer cola para sacar la tarjeta de embarque. Soy el penúltimo de la cola. Y de repente a la pareja que está delante de mí le dicen que lo sienten mucho, pero que no quedan plazas. No puedo haber oído bien… o sí.
Y va a ser que sí. Cinco pasajeros nos hemos quedado en tierra. Joder, pues menos mal que me dio por venir con tiempo.
Volvemos al mostrador de Croatian y nos dicen que a ver, que no hay solución. Que no quedan plazas a Zagreb en ninguna compañía. No para volar hoy. Nos mosqueamos los cinco, pero de buenas maneras, y tras un rato de pelearse con el ordenador, nos dice la azafata que puede mandar a dos a Zagreb esta noche, vía Munich. De común acuerdo damos por sentado los cinco que los que se van a ir son los dos que viajan juntos. Bonita forma de empezar si no las vacaciones con tu pareja… sin ella.
Seguimos negociando (ninguno de los tres restantes tiene puñeteras las ganas de quedarse en tierra… uno va a una reunión mañana en Zagreb, el otro vuelve a casa después de una reunión en Bruselas y yo me piro de vacaciones, así que…) y nos proponen que volemos a Ljubliana, a unas dos horas en coche de Zagreb. Argh. Mientras estamos decidiendo qué hacer (y yo opto por la tradicional técnica de no abrir el pico a ver qué pasa) la azafata de Croatian nos dice que a lo mejor hay una plaza en el avión a Zagreb. En la cabina, con los pilotos. Cierro el pico, pero estoy deseando que sí que la haya. A pesar de todos los aviones que cojo, nunca he ido en la cabina, con los pilotos. Total, que en principio los otros dos se iban a ir a Ljubljiana y yo a Zagreb en la cabina del piloto pero de repente parece que hay otros dos sitios en el avión (¿estamos de cachondeo o qué?). Total, que al final echamos a suertes a ver a quién le toca con los pilotos y gana el de la reunión al día siguiente en Zagreb. Bueno, no me puedo quejar, por lo menos el asiento que me toca es en business. Menos da una piedra.
Y así llego por fin a Zagreb. Media hora después del horario previsto y tras toda una serie de negociaciones. Pero en Zagreb al fin. Y al salir por la puerta está ya mi amigo Esad esperándome. Menos mal.
Me doy cuenta de que me he dejado en el tintero algunos detalles, como que llevaba cuatro botellas de un litro de cerveza en el equipaje de mano y que (mea culpa) en virtud de la nueva legislación europea no voy a disfrutarlas yo, ni Matt Hollingsworth (al que aún no conozco pero que va a acogerme en su casa durante un par de noches, todo gracias a Esad Ribic, inspirador –casi- de este viaje) ni Esad sino un segurata belga. Pero seguro que eso os parecen cosas sin importancia.
El caso es que estoy en Zagreb. Que al final aterricé a eso de las nueve de la noche y que la página del Ministerio de Asuntos Exteriores (http://www.mae.es) no miente, basta con el DNI para volar a Croacia, no necesitáis el pasaporte. Ahora mismo escribo justo antes de irme a dormir, desde el salón de Hollingsworth y su novia, Nara, y tras una sesión de bienvenida como sólo Ribic (y aquellos que le conozcáis –aunque sea de oídas- sabréis a lo que me refiero) puede dar. Birras en cantidades demasiado exageradas como para que las reproduzca aquí y muchas, muchas, muchas risas. No me quedo en su casa porque está llena ya con otra gente que viene también para el festival de Markaska (creo que se escribía así el nombre, si no ya lo corregiré mañana) y está llena. Pero nos veremos mañana. Y visitaré el centro de Zagreb. Ya os iré contando. De momento os dejo con la portada del libro que estoy leyendo. Es de un tal William Dampier, de finales del siglo XVII y de una nueva colección de Penguin Classics. Y os lo recomiendo encarecidamente a poco que os gusten las historias de piratas de los de verdad…

15.5.07

A punto de salir de viaje cinco días (a ver si esta vez consigo hacer una especie de diario de estos días... ya veremos, pero lo de los viajes sí que lo tengo algo olvidado en este blog) os dejo con éste enlace (gracias de nuevo, José Manuel) en el que la NBC nos informa de sus planes de cara al año que viene. Lo más destacado, pues que van a sacar una serie inspirada en Héroes en la que presentarán personajes desconocidos hasta ahora con la intención de que el más popular se sume al reparto de la serie madre. Por cierto, el título de este nuevo proyecto será 'Heroes: Origins'. Se nota que tuvo éxito el proyecto de Tim Kring...

Verá también la luz el remake de La Mujer Biónica y me sorprende leer el nombre de Katee Sackhof en el reparto (aunque no como protagonista). De Starbuck a la Mujer Biónica. Casi como Dirk Benedict, de Starbuck al Equipo A.

Y habrá versión norteamericana de The I.T. Crowd, serie británica de cinco o seis capítulos (no me acuerdo de memoria) sobre los avatares de una ejecutiva agresiva que se ve de repente al frente del departamento de asistencia técnica de una gran empresa... Puede que la premisa no suene demasiado bien, pero la serie original merece bastante la pena, así que habrá que darle una oportunidad a esta, digo yo.

Poco más. Destacar únicamente que ya es total y absolutamente definitivo (por desgracia): han cancelado Studio 60. Mierda.

12.5.07

Hace hoy cien años...

...nació mi actriz favorita (por lo menos una de ellas). Hoy hubiese cumplido un siglo de vida una mujer que rompió moldes y cánones, tanto de belleza como de comportamiento, que abrió caminos hasta entonces no transitados y que nos regaló con algunas de las mejores películas (sobre todo sus comedias) de la historia del cine; desde La Fiera de mi Niña a Historias de Filadelfia pasando por El León en Invierno, De Repente el Último Verano, Adivina Quién Viene a Cenar, La Costilla de Adán o La Reina de África



Era la definición perfecta para mí de una gran actriz y, por lo que sé, de una gran mujer. Con ella de verdad que rompieron el molde...

9.5.07

Pequeño Galimatías

Ojo, que esta entrada es un poco liosa. O eso creo. A ver, hace unos años Stan Lee abandonó (o le hicieron abandonar) Marvel tras más de cuarenta años de fieles servicios y 'Stan Lee presenta'. Al abandonar la Casa de las Ideas, decidió fundar su propia compañía para gestionar todos sus negocios y proyectos. Y la llamó Stan Lee Media Inc. Hasta aquí, todo bien. Pero luego resulta que Stan Lee denuncia a Marvel no se sabe muy bien si por el finiquito, los derechos sobre los personajes o yo que sé qué. Los Estados Unidos es lo que tienen, que hasta el más tonto puede poner una denuncia (y ojo, que no estoy llamando tonto a Stan Lee). Llegan a un acuerdo, Stan Lee cobra la pasta y Marvel, por aquello de lavarse la cara, supongo, le nombra editor emérito. Así que aquí primero paz y después gloria ¿no?

Pues no. Resulta que Stan Lee Media Inc. dice ahora que cuando Stan creó la compañía le transfirió los derechos de los personajes que había creado para Marvel (¿pero no eran propiedad de la editorial? Yo ya me he perdido), así que denuncia al canto de Stan Lee Media Inc. a Marvel, y por un pastón. ¿Respuesta de Marvel? Ninguna de momento. ¿Respuesta de Stan Lee? Pues denuncia a Stan Lee Media Inc. Esto parece ya la saga del clon, que ni se sabe quién es el original ni quién deja de serlo. Ya veréis como al final acaba Marvel denunciando a Marvel y Stan Lee a Jack Kirby, que da igual que esté muerto, seguro que algo tiene que decir al respecto...


(Más información -o no- en inglés y aquí)

5.5.07

Fiesta fin de temporada de Héroes

Me envía José Manuel, uno de mis habituales colaboradores no tan en la sombra, un vídeo curioso. Se trata de la fiesta de fin de rodaje de la primera temporada de Héroes. No es que aporte nada novedoso ni que se salga de los tópicos de 'somos una familia, el equipo ha sido fantástico, me han tratado de maravilla, he aprendido mucho de mis compañeros de reparto, el fútbol son once contra once (ooops, no, este cliché no tocaba aquí, perdón)' pero sí tiene su coña ver a los actores fuera de personaje (se me hace raro, por ejemplo, ver a Sylar campando por ahí a sus anchas). Hala, ahí queda...

4.5.07

Nueva Betty Ross en Hulk 2

Hace unos días colgaba aquí la noticia de que Edward Norton va a ser el nuevo Bruce Banner en la peli dirigida (horror, miedo me da) por Louis Leterrier. Bueno, pues hoy tengo una mala noticia (más o menos). Jennifer Connelly tampoco repetirá en esta segunda entrega, y el papel de Betty Ross/Banner recae sobre... Liv Tyler. Bueno. Pues vale.



No digo que sea mala actriz (tampoco me parece que sea como para echar cohetes, pero bueno). Y seguro que hasta pega bien en pantalla con Norton pero, qué queréis, a mí me marcó Dentro Del Laberinto en su momento, y ya Rocketeer fue la confirmación de que, efectivamente, Jennifer Connelly tenía en mí un fiel seguidor para los restos (a pesar de sus Mentes Maravillosas y demás)

P.S. Por cierto, que podéis leer más detalles en Superherohype

3.5.07

Spider-Man 3

Bueno, por si alguien todavía no conoce las reglas de las 'críticas' o 'reseñas' (ejem) en esta bitácora, baste con decir que son muy sencillas. Una, en la medida de lo posible (y aunque a veces el texto quede un poco críptico o cojo) no se desvelan demasiados elementos del argumento de la película/serie/cómic/loquesea en cuestión. Dos, se trata sobre todo de impresiones personales que a ratos -y por culpa de la primera regla- pueden quedar un poco en el aire, pilladas con alfileres, pero basadas en argumentos medianamente sólidos (o eso me gustaría creer). Y tres, por lo general trato de evitar hablar de cosas que no me gustan. Menos hoy, claro.

Y es que ayer fui a ver Spider-Man 3. Buf. No es que no me haya gustado tipo Daredevil, no. No es que, como en el caso del cuernecitos, haya incoherencias de todo tipo -que también- ni secuencias chorras ni nada. No. Lo malo de Spider-Man 3 es la sensación de hastío que desprende. De aburrimiento. De más de lo mismo. Que sí, que hay secuencias de acción muy bien rodadas (qué menos) pero nada más. Los personajes no evolucionan, simplemente cambian de actitud cuando y como les viene en gana. Parece que estén deshojando una margarita: ahora soy bueno, ahora soy malo, ahora soy tu amigo, ahora soy tu enemigo, ahora te ayudo, ahora te pego, ahora te odio, ahora te quiero. El humor está metido con calzador y en los momentos menos oportunos (pobre Bruce Campbell... por no hablar de J.J. Jameson, la niña y la cámara de fotos) y tiene pasajes casi de vergüenza ajena (ese Parker émulo de Travolta por las calles de Nueva York). Gwen aparece nada y menos, y no aporta nada ni tiene que ver con el personaje de los cómics (cosa que, la verdad, me da absolutamente igual... todo el mundo sabe que la que mola de las novias de Spider-Man es MJ. Y punto). El Hombre de Arena está muy bien hecho, cierto, pero si no apareciese en la peli tampoco pasaría nada.

Y más que rabia me dio... pena. No, tampoco pena. Me aburrió. Enormemente. Se me hizo larga. Tiró por tierra el buen sabor que me habían dejado la segunda entrega y, sobre todo, la original. Y, visto lo visto, me daba la sensación de que tanto los actores (me da en la nariz que Maguire y la Dunst no se tragan ya) como Raimi están en el proyecto sólo por la pasta. Y nada más. Pues de ser así, casi que mejor que cambien el equipo para la cuarta entrega, que seguro que la habrá.

2.5.07

Heroes y la wikipedia

Quizás algunos de vosotros estéis ya al tanto de la existencia de una página llamada la Lostpedia. Pero puede que no hayáis visto ésta, dedicada a la serie del momento en los USA (y medio mundo): Heroes. Ojo, antes de que os lancéis de cabeza a bucear en ella, dos cositas: uno, está en inglés. Dos, destripa en profundidad todos y cada uno de los capítulos emitidos hasta ahora... incluso adelanta el argumento de los siguientes episodios. Si sois de los que no os importa, adelante, que hay información para dar y tomar. Pero si preferís que os vayan dando sorpresas sin que nadie os las reviente, ya sabéis donde no ir...

1.5.07

Nuevo Trailer 4F 2

Y no tiene nada mala pinta. Lo podéis ver aquí, en Quicktime. Y, por si a alguien todavía le quedaban dudas, está más que claro que el verdadero protagonista de la película es, en realidad, Estela Plateada y no los 4F. El Surfero tiene una pinta fantástica, espero que el argumento sea mínimamente pasable. De ser así me da la sensación de que va a ser todo un bombazo. Ojalá.